“La psicología individual corre por tres carriles: la psicoterapia, el counseling y la educación”, afirma el Presidente Honorifico de IAIP el Dr. Gian Giacomo Rovera (Italia) en el Congreso centenario de la psicología adleriana celebrado en la Universidad de Viena en 2011.
La psicoterapeuta Alyson Schafer experta en “Parenting” o educación para padres, es columnista en diversos medios de comunicación como la prestigiosa cadena televisiva CTV, además de ser conferencista internacional. Su obra ha sido más conocida luego de su aparición en la TEDxKids:
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Su destacado trabajo en Canadá se ha extendido al resto del mundo por difundir la idea fundamental de Alfred Adler sobre la igualdad social, que implica que las personas, al margen de sus diferencias y habilidades individuales, tienen igual derecho a la dignidad y el respeto. Los prejuicios culturales, de que las personas son superiores o inferiores, de acuerdo con su nacimiento, dinero, sexo, etnia, edad o sabiduría son objeto de su lucha permanente.
La libertad y la responsabilidad son parte importante de la democracia. Para tener libertad debemos respetar la libertad de los demás y para garantizar este ideal tiene que haber orden, del que se desprenden ciertas reglas y responsabilidades con el ideal de comunidad.
Cuando vemos a un niño portarse mal es porque ha escogido una vía equivocada para manifestarse.
Alyson Schafer colabora y supervisa desde el exterior los trabajos que el Centro de Estudios Adlerianos viene realizando en Sudamérica en las primeras clínicas adlerianas de niños, adolescentes y padres, que son una recensión del trabajo de Alfred Adler, Oskar Spiel y Ferdinand Birnbaum realizado luego de la primera guerra mundial. Recordamos, a través de Rollo May, que en las puertas de las clínicas colgaba un cartel con un mensaje que decía: “Nunca es demasiado tarde”.
¿Cómo y por qué elegiste la psicología adleriana?
Soy adleriana de tercera generación. Mis padres (Dick y Sylvia Knight) y abuelos (Milton y Edith Dewey) estudiaron psicología adleriana con algunos de los grandes como Harold Mosak y el Dr. Rudolf Dreikurs. Mi padre y mi abuela fundaron el Instituto Adler de Ontario que se desarrolló en la Escuela Adler de Ontario, donde obtuve mi Maestría en “Counseling” (Asesoramiento).
Mis padres enseñaron “parenting” (educación para padres) en nuestra casa cuando yo era niña. Más tarde, cuando me convertí en madre, leí uno de los libros del curso. Se trataba de la obra de Dreikurs: “Hijos, el desafío”, que me produjo un profundo impacto. De esta manera, llegué a entender mi propia infancia, me dio ideas sobre la naturaleza humana y, por supuesto, técnicas para criar a mis propios hijos. Aquel libro cambió el curso de mi vida y me envió a una nueva carrera. Adler me dio una filosofía de vida, además, de una manera de educar para la vida que era compatible con mis creencias espirituales y valores fundamentales. Soy consciente de que es una piscología profunda, constructiva, positiva y holística.
¿Podría explicar más acerca de su trabajo de “parenting” en Canadá y el mundo entero?
Ellos contribuyen a que el niño se comporte mal.
He estado enseñando a los padres desde una perspectiva adleriana y dreikursiana por más de 15 años. Hago talleres en pequeños grupos y counselling individual, pero era claro para mí, cuando me convertí en conferencista que de este modo podía llegar a un público más amplio. Quería que más gente supiera acerca de la educación democrática y nuestras técnicas de disciplina que no son punitivas.
Los premios y castigos no son los caminos adecuados para formar a niños capaces de responder por sus actos, responsables con la comunidad sin la necesidad de la valoración externa constante como lo son las recompensas y las sanciones. A tal fin, escribí libros (3 en total) que se convirtieron en “best sellers” y han sido traducidos del inglés al español, ruso y coreano.
He creado un programa de televisión con un colega y que ha llegado y brindado más oportunidades por haber llegado a la televisión de Canadá. La importancia de tener un lugar en los medios televisivos y radiales todas las semanas hace que la psicología adleriana se expanda por todo el país y el mundo. Los padres pueden hacer consultas y aprender disciplina sin castigo de estos programas. También se ha creado una red importante en facebook y twitter que me motiva a seguir difundiendo el trabajo cada vez más. Se ha formado un grupo de seguidores de nuestra obra que nos enriquece diariamente.
¿Cuál es el objetivo principal?
Quiero seguir la recomendación de Dreikurs de erradicar la ignorancia y difundir la educación democrática de padres. La mayoría de los padres tienen muy buenas intenciones, pero simplemente no tienen exposición a la información sobre cómo los seres humanos se desarrollan y crean esquemas psicológicos. Una vez que los padres entiendan al niño y su comportamiento, desean aprender formas de orientación infantil útiles para ayudar a sus hijos a ser todo lo que pueden llegar a ser.
La función de los padres es alentarlos a encontrar un lugar dentro de la sociedad.
Me aseguro de nunca quitar una herramienta de crianza y sustituirlo por otra herramienta más eficaz, sino que ayudo a los padres a mostrarles como ellos contribuyen a que el niño se comporte mal, es decir por el lado inútil de la vida y no por el lado útil de vida acorde al sentido común y al sentimiento de comunidad. Los niños son excelentes observadores, pero pueden cometer errores al interpretar lo que observan por estar motivados por ideas ficticias egocéntricas. La función de los padres es alentarlos a encontrar un lugar dentro de la sociedad en que se sientan útiles y respetados. Generalmente cuando vemos a un niño portarse mal es porque ha escogido una vía equivocada para manifestarse.
La democracia no como idea política sino como una forma de vida cuya base es el respeto, la cooperación y la igualdad. Por eso los premios y castigos que pertenecen al sistema social autocrático no son necesarios en una sociedad democrática.
¿Qué mensaje le daría a las nuevas generaciones de psicoterapeutas?
Nunca subestimen el valor de lo que tienen para ofrecer al mundo. No se desanimen. Aprendemos mucho acerca de la teoría y su vital importancia – pero en el consultorio, es nuestra humanidad y las relaciones que establecemos con nuestros pacientes lo que permiten que cambien a sí mismos, además de nuestras técnicas. Déjense mostrar como “personas” con coraje y no, como un “profesional vanidoso”, que se esconde en un encuadre para cubrir su falta de logros o su ineficiencia interpretativa.