El trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH), es uno de los trastornos del neurodesarrollo de mayor prevalencia en la actualidad. Alrededor de un 5% de la población infanto-juvenil lleva este diagnóstico. Dentro de las características habituales del cuadro, hallamos diversas dificultades para el control de impulsos, fallas generales de las funciones atencionales, hiperactividad y desorganización general a nivel comportamental. En la adolescencia, estos niños tendrán mayores probabilidades de presentar otros trastornos comórbidos, como ansiedad, depresión o consumo de sustancias (Ives, 2006).
Existen muchas controversias en relación al TDAH, algunas cuestionando su existencia (pueden leer aquí sobre eso), otras criticando el aumento desmedido del cuadro o alertando de sobrediagnósticos, y otras en relación a que tratamientos son más eficaces. Al respecto, y ya que es el tema que nos compete en el presente artículo, uno de los grandes debates en torno a este trastorno está dado en que tipo de abordaje debe ser tomado como de primera línea, si los de corte psicológico, si los medicamentosos, o los combinados. En Psyciencia en numerosas oportunidades se abordó esta cuestión, ya sea mostrando los beneficios de la terapia de conducta, analizando los efectos (positivos y negativos) de los psicofármacos, o comparando los efectos de administrar en diversos órdenes un tratamiento psicológico o farmacológico.
Un metaanálisis publicado este año se propuso investigar la utilidad de los programas computarizados de entrenamiento neurocognitivo en niños con TDAH, para evaluar la eficacia de estos.
¿En qué consisten los programas computarizados de entrenamiento neurocognitivo?
Los programas de entrenamiento neurocognitivo apuntan a intervenir en (valga la redundancia) déficits cognitivos, mediante la utilización de estrategias y procedimientos neuropsicológicos y herramientas externas, cuya finalidad es incrementar el procesamiento de información y la adaptación funcional de personas con algún tipo de disminución neurológica (Carvajal – Castrillón & Restrepo, 2013). Este tipo de entrenamientos puede utilizarse en muy diversas poblaciones, aunque la revisión a la que aludimos se ha abocado a su aplicación en TDAH y específicamente, en niños. En este trastorno, aquellos componentes neuropsicológicos que se encuentran con mayor afectación según la literatura científica son la atención, la inhibición y la memoria de trabajo. También encontramos menciones a la velocidad de procesamiento, la organización motora, percepción temporal y aversión a la demora (Yáñez & Prieto, 2016). La flexibilidad cognitiva, el lenguaje y la orientación visoespacial son otras habilidades afectadas (Pérez, Molina & Gómez, 2016).
Los programas computarizados de entrenamiento neurocognitivo por su parte son herramientas informáticas que buscan cumplir los mismos roles que los procedimientos tradicionales neuropsicológicos, para incrementar aquellas funciones mencionadas anteriormente. Se apoyan por un lado en los nuevos desarrollos de la tecnología informática, y por el otro en la amplia popularidad que tienen, especialmente en niños y adolescentes. Estos programas, de la misma forma que se mencionó en torno de los entrenamientos habituales, pueden ser útiles para una amplia gama de personas con problemas neurológicos, incluidas (más bien eso busca determinar la revisión a la que hacemos referencia aquí), personas con TDAH.
La evidencia científica sobre la utilidad del uso de programas de rehabilitación cognitiva es controversial
Dentro de las ventajas que estas nuevas herramientas podrían tener, encontramos la adaptación de los estímulos a lo sujetos, la retroalimentación inmediata, el entrenamiento de acuerdo con el rendimiento y una mayor accesibilidad (Rute – Pérez, 2018). El uso de estos programas se ha ampliado en los últimos años, y si bien existe cierta evidencia de su utilidad para personas con trastornos de déficit de atención e hiperactividad, la misma no es consistente por el uso de distintos programas o discrepancias en las habilidades de las que se ocuparían de estimular.
En qué consistió la revisión
Para rastrear las investigaciones que evaluaron la eficacia de estas herramientas en TDAH, se realizó una búsqueda en bases de datos como PubMed, Web of Science (ISI), SciELO, Redalyc, PsycINFO, MEDLINE y Dialnet. Además de buscadores como Google Académico. Como criterios de inclusión, los estudios debían estar comprendidos entre el 2013 y el 2018, poniendo como tope por cada programa hasta 50 estudios, y abocados a niños y adolescentes con TDAH. A su vez, podían ser artículos empíricos, de revisión, tesis o libros relacionados con la temática. Podían estar redactados en cualquier idioma y debían estar completos y ser de libre acceso.
Para el análisis de la revisión, se organizaron los programas teniendo en cuenta aspectos comunes entre ellos, además de la observación de similitudes y diferencias entre las evidencias reportadas.
Se encontraron 2182 resultados, de las cuales únicamente 60 cumplieron los criterios de inclusión señalados anteriormente. Estos resultados se organizaron teniendo en cuenta: autores, idioma, descripción, población objetivo, edades, tipo de programa (dirigido a población general o TDAH), intervención grupal o individual, frecuencia de uso y duración del programa de entrenamiento. A su vez, se categorizaron de acuerdo con los diversos dominios neurocognitivos que se trabajan en el trastorno en cuestión.
Resultados de la búsqueda
Entre los 60 estudios que cumplieron los requisitos de inclusión, se encontraron 12 programas de entrenamiento neurocognitivo. Los mismos son: BrainHQ, Captain’s Log Mind Power Builder, Cogmed, CogniFit, Engage, ETAM, Jungle Memory, Learning Rx, Lumosity, MeMotiva Junior, TDAH Kids Trainer y TEAMS.
De estos 12 programas, 7 están disponibles en el idioma español y en 6 la edad a la que están dirigidos es variable, pudiendo utilizarlos tanto niños como adultos. A la población general se enfocan 2, mientras que 4 de ellos tienen ejercicios tanto para la población en general como para TDAH. El resto, son específicos del trastorno por déficit de atención e hiperactividad. La mayoría de ellos prefieren el entrenamiento individual más que grupal.
De la revisión, aquellos de los que se encontró mayor evidencia son en orden decreciente:
- Cogmed
- Lumosity
- Learning RX
-
Cognifit
-
TEAMS
Los objetivos de estos programas no eran los mismos en cada caso, buscando intervenir sobre funciones diversas como velocidad de procesamiento, habilidades sociales, atención, memoria, razonamiento, lenguaje, habilidades visoespaciales y motoras, percepción, etc.
Análisis de los resultados
De acuerdo a las investigaciones, no se ha podido establecer la frecuencia de utilización óptima para rehabilitar/ fomentar las habilidades de las cuales se ocupan estos programas. Existe variación entre la utilización de estas herramientas, aunque se podría establecer una frecuencia promedio de 3 veces por semana para producir cambios significativos.
Si bien se han indicado aquellas habilidades que toman como objetivos de cambio, la mayoría se aboca principalmente a memoria de trabajo y atención, probablemente descuidando otras.
Aquel programa del que más evidencia a favor se halló fue el Cogmed. Los que menor cantidad de estudios mostrando evidencia de su utilidad tuvieron fueron el Captain’s Log Mind, ETAM y Jungle Memory. Esta información resulta de utilidad en caso de buscar un complemento de abordaje de este tipo en TDAH.
De aquellos programas que más estudios tuvieron, dos metaanálisis arrojaron que el entrenamiento sobre memoria de trabajo auditiva, memoria de trabajo visoespacial, atención y habilidades de lectura mostraron un pequeño impacto solo en memoria de trabajo auditiva y un efecto de pequeño a moderado en memoria de trabajo visoespacial. No hubo impacto en atención. Sin embargo, los padres de estos niños registraron mejoras en cuanto a la atención y maestros registraron menores niveles de hiperactividad de los pequeños.
Teniendo en cuenta la motivación para el cumplimiento de tareas y lo atractivas que pueden ser las herramientas informáticas para niños y adolescentes, estos programas constituyen una interesante línea de trabajo para continuar con investigaciones y desarrollos.
En líneas generales, la evidencia científica sobre la utilidad del uso de programas de rehabilitación cognitiva es controversial. Algunos autores resaltan la dificultad que presenta la elección de programas, que suele ser aleatoria, y que la cantidad de ejercicios más que colaborar, dificultan las intervenciones. Otros en cambio, resaltan la poca adaptación que tienen estas herramientas a los contextos educativos.
No se han reportado por el momento la realización de ensayos de control aleatorizados, por lo que en última instancia aun no es posible determinar con certeza si estos programas revisten realmente utilidad clínica. Dado que las dificultades y déficits presentes en el TDAH (y en cualquier trastorno mental) son variables y dispares, la terapéutica debe tener en cuenta la individualidad de cada sujeto. Existen diferencias socioeconómicas, de edad, tipo de TDAH, efectos de medicación, acceso a servicios de salud, comorbilidad y otras que hacen imposible utilizar programas estandarizados.
La utilización de programas entonces, más allá de las variantes al interior de cada uno que pueda presentar, no suple y no llega a compensar por ende la evaluación personalizada de cada niño. Esto es una dificultad, que por otro lado deja de manifiesto otra de las conclusiones a las que se llegó en la revisión: por el momento estas aplicaciones no pueden reemplazar a otros tipos de tratamientos (sean psicológicos y/o farmacológicos), sino que deben ser estudiados como complementos de las intervenciones en curso.
Otra limitación consistió en la falta de implicación de padres y maestros en los tratamientos. La psicoeducación y el aporte de herramientas específicas para estos actores (pueden leer para padres y para maestros) resultan en un aporte fundamental para la mejora y la generalización de las habilidades implementadas en los tratamientos, ya sean tradicionales o por medio de programas informáticos.
Se concluye de la revisión que, si bien los programas de rehabilitación neurocognitiva son prometedores en cuanto a resultados, es necesaria más investigación para determinar concretamente cuales son más eficaces, para que habilidades; a la vez que incluyan a familias y docentes en su aplicación y puedan ser más adaptables a las diferencias de capacidades e individuales de cada niño.
Referencias bibliográficas:
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Carvajal – Castrillón, J. & Restrepo P., A. (2013). Fundamentos teóricos y estrategias de intervención en la rehabilitación neuropsicológica en adultos con daño cerebral adquirido. Revista CES Psicología, 6 (2). 135 – 148.
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Fernández – Daza, M. (2019). Rehabilitación Neuropsicológica en niños con TDAH: ¿Qué dice la evidencia sobre el entrenamiento neurocognitivo? Revista Guillermo de Ockham, 17 (1).
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Ives, E. (2006). Intervenciones no farmacológicas en el entorno familiar de niños con Trastorno por Déficit de Atención con/sin Hiperactividad. Revista Pediatría de Atención Primaria. VIII (4) 57- 67.
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Pérez, M. A., Molina, D., & Gómez, M. (2016). La Intervención Neuropsicológica en el Tratamiento Interdisciplinar para el TDAH. Neuropsicología, 1 (2), 2.
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Rute – Pérez, S. (2018). Intervención neuropsicológica basada en nuevas tecnologías para personas con daño cerebral adquirido en fase crónica y para mayores (tesis doctoral). Universidad de Granada, Granada, España.
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Yáñez, M y Prieto, D. (2016). Trastorno por déficit de atención/hiperactividad. En Yáñez, M. (Eds.), Neuropsicología de los trastornos del neurodesarrollo: Diagnóstico, evaluación e intervención. México, D. F.: Editorial El Manual Moderno.
2 comentarios
No soy muy amiga de las nuevas tecnologías, pero me parece muy interesante. Habría que estudiar también la adicción a videojuegos y otras tecnologías, si tienen tendencia las personas con el trastorno y prevenirse… Hay muchas herramientas informáticas que pueden ser útiles y a la vez gustar a los niños :) Yo aún me pregunto, como pretendemos “curar” o hacer que mejore o se maneje un trastorno, si creemos que con un fármaco, o con unas herramientas, ya está solucionado. Acaso es asi si nos rompemos una pierna? No, hay que intervenir, hay que tomar reposo, hay que tomar medicamentos, y hay que seguir unas instrucciones (por poner el ejemplo más sencillo). Si hablamos de afectaciones de tipo mental o cognitivo, pregunto: ¿sabemos señores, si el TDAH es un trastorno del neurodesarrollo, o es un trastorno del comportamiento, o un simple espectro de déficit de atención con/sin hiperactividad que se convierte en patología en un elevado porcentaje a causa del contexto? Ya que los expertos no se ponen de acuerdo, seamos honrados y sensatos: Madre mia, el 5% de la poblacion?? eso es una auténtica locura. Porque que yo sepa, si eres un niño que nace a lado de una fábrica contaminante y enfermas por esa causa, no es porque tus genes porten esa enfermedad, verdad? a ver si nos vamos a perder entre tantos datos y olvidarnos de la realidad: la escuela debe tener un modelo en el que se integre a los niños en su diversidad. No basta con meterlos a todos con calzador y decir que somos integradores. Necesitamos más escuelas especiales y ayudar a las familias, y una escuela ordinaria mucho más abierta y diversa, con apoyo. Asi no resolveremos nada: seguimos patologizando y segregando, en vez de previniendo y ayudando :_(
Gracias Lic. Colombo por su interesante aporte. Entiendo que en nuestro pais, el Hospital Italiano de Buenos Aires y la Universidad Nacional de San Martin, estan trabajando con el programa Cogmed.
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