El entrenamiento cognitivo centrado en las consecuencias podría ser más efectivo para promover hábitos más saludables que las intervenciones centradas en volver a capacitar las asociaciones mentales de las personas (Van Dessel, Hughes, & De Houwer, 2018).
La investigación se enfoca específicamente en la capacitación de “abordaje por evitación” en la cual los participantes aprenden a acercarse a algunos objetivos (por ejemplo, alimentos nutritivos) y evitar otros (por ejemplo, comida chatarra). Se supone que la exposición repetida a estos grupos refuerza sus asociaciones mentales de manera que aumentan los comportamientos positivos y reducen los comportamientos negativos. Sin embargo, los estudios no han demostrado consistentemente un efecto de este tipo de entrenamiento.
El científico psicológico Pieter Van Dessel y sus colegas plantearon la hipótesis de que esta capacitación puede funcionar cuando en realidad altera las creencias de las personas sobre las consecuencias que siguen cuando se buscan o evitan ciertos alimentos.
“Nuestros hallazgos muestran que enfocarse en estas inferencias adaptativas puede ser eficaz para cambiar el comportamiento alimentario poco saludable,” dice Van Dessel, y señala la importancia de esta cuestión pues suele ser difícil cambiar este tipo de comportamiento automático.
Para probar su hipótesis, los investigadores realizaron tres estudios online y uno de laboratorio, con un total combinado de 1547 participantes. En los cuatro estudios, los participantes completaron una serie de pruebas por computadora en las que vieron un avatar digital parado cerca de un refrigerador abierto. En cada prueba, el refrigerador contenía un alimento en particular y una señal de color indicaba si los participantes debían mover el avatar hacia el alimento o lejos de él.
Algunos participantes también vieron una barra que indicaba la salud del avatar, que reflejaba las consecuencias de las decisiones que tomaban. Si optaban por acercarse a la comida saludable (o evitar la comida no saludable), la barra de salud del avatar se llenaba y el avatar parecía más saludable mientras exclamaba “me siento saludable”. Eligiendo acercarse a la comida no saludable (o evitar la comida saludable), en cambio, la barra de salud se agotaba y el avatar parecía menos saludable, a la vez que exclamaba “me siento enfermo.”
Otro grupo de participantes vio estos resultados y se les dijo explícitamente que intentaran hacer que su avatar fuera lo más saludable posible.
Los resultados fueron consistentes en todos los estudios: los participantes que tenían la misión explícita de maximizar la salud de su avatar mostraron las evaluaciones automáticas más positivas de los alimentos saludables, dieron las calificaciones más positivas a los alimentos saludables y tenían más probabilidades de elegir un cupón para el alimentos saludables en comparación con los participantes que vieron las consecuencias de sus elecciones pero que no tenían un objetivo y aquellos que no vieron las consecuencias en absoluto y solo realizaron el entrenamiento típico de abordaje por evitación.
Los participantes a los que se les dio un objetivo relacionado con la salud también parecían internalizar la relación entre los alimentos y sus consecuencias: en comparación con los otros grupos, tenían más probabilidades de acercarse a los alimentos saludables y evitar los alimentos no saludables cuando se les daba la posibilidad de elegir alimentos sin consecuencias.
Estos efectos también se extendieron a la conducta alimentaria real. En una versión del experimento, los participantes siguieron la tarea del avatar con una tarea supuestamente no relacionada que implicó calificar las características sensoriales de los bocadillos, como los dulces y las papas fritas. Los resultados mostraron que los participantes que habían trabajado para maximizar la salud de su avatar en la primera tarea comieron cantidades más pequeñas de los refrigerios en comparación con sus compañeros.
En otro experimento, los participantes que tenían el objetivo de mejorar la salud de su avatar informaron que tenían una alimentación menos saludable al día siguiente y una mayor intención de comer alimentos saludables.
Van Dessel estaba intrigado al descubrir que los resultados del entrenamiento de inferencia eran tan sólidos:
“Después de una instancia de entrenamiento de inferencia, en una ocasión, en un contexto específico, encontramos efectos en los comportamientos reales de los participantes colaciones y el informe propio sobre el consumo de alimentos un día después del entrenamiento. Esto es sorprendente porque esta capacitación rápida debe ir en contra de toda una historia de aprendizaje de muchos años, en la que las personas podrían haber aprendido que comer alimentos poco saludables tiene efectos positivos para ellos.”
Los hallazgos sugieren que cuando los entrenados tienen un objetivo que requiere que aprendan las consecuencias de ciertos comportamientos, mejora la efectividad general del entrenamiento de abordaje por evitación. La investigación futura ayudará a aclarar si cambiar ciertos aspectos de la tarea, como hacerla más relevante personalmente o incluir más ensayos, fortalecerá los efectos.
Los investigadores ahora están ampliando estos hallazgos, investigando si el entrenamiento basado en las consecuencias puede ayudar a reducir otros comportamientos no deseados (como fumar y el consumo de alcohol), e incluso aumentar ciertos comportamientos positivos (como los comportamientos amigables con el medio ambiente).
Referencia bibliográfica:
Van Dessel, P., Hughes, S., & De Houwer, J. (2018). Consequence-Based Approach-Avoidance Training: A New and Improved Method for Changing Behavior. Psychological Science, 29(12), 1899-1910. https://doi.org/10.1177/0956797618796478
Fuente: Psychological Science