Donald Trump no es el único que vincula las enfermedades mentales con la criminalidad. En torno a una serie de tiroteos masivos sufridos en su país, el presidente de Estados Unidos dijo que “el odio y las enfermedades mentales aprietan el gatillo, no el arma”, también pidió una mejor identificación de las personas con enfermedades mentales y, en algunos casos, un “encierro involuntario.”
Un nuevo estudio desafía la creencia de que las personas diagnosticadas con enfermedades mentales son de mayor peligro para el público en general.
Investigadores israelíes sostienen que este enfoque, que se centra en la relación entre el crimen y la enfermedad mental, a menudo se basa en información incorrecta. Señalan que para la gran mayoría de los diagnósticos psiquiátricos, no existe una asociación predictiva con el encarcelamiento (Walsh, Dohrenwend, Levav, Weiser, & Gal, 2019)
“Sabemos que hay niveles más altos de enfermedad mental entre los presos, pero esto puede ser el resultado del encarcelamiento y las condiciones de prisión. Nuestros hallazgos muestran que no predicen el encarcelamiento,” dice la profesora Sophie Walsh, del Departamento de Criminología de la Universidad de Bar-Ilan.
El equipo de investigadores examinó la relación entre los diagnósticos psiquiátricos y el futuro encarcelamiento. El estudio se basó en datos de entrevistas psiquiátricas realizadas en una muestra representativa de la población adulta de 25 a 34 años en la década de 1980 en Israel.
Los datos sobre los participantes del estudio de cohorte se fusionaron con 30 años de datos de seguimiento del Servicio de Prisiones de Israel. Este conjunto de datos único permitió a los investigadores ver quién del estudio de cohorte original de 5.000 sujetos, fue encarcelado más tarde en lo que podría ser el primer estudio prospectivo de este tipo.
Los hallazgos del estudio mostraron que los diagnósticos de uso de sustancias y la personalidad antisocial eran predictores de futuros encarcelamientos, pero que otros diagnósticos psiquiátricos (es decir, esquizofrenia, trastornos afectivos, trastornos de ansiedad, así como otros trastornos psiquiátricos) no eran predictores independientes de encarcelamiento.
Además, se examinó la asociación entre el número y la duración máxima del encarcelamiento para los participantes con trastornos afectivos, trastornos de ansiedad, abuso de sustancias, personalidad antisocial y “otros diagnósticos psiquiátricos” y se comparó con los participantes encarcelados sin trastorno diagnosticado.
Se halló que el abuso de sustancias fue un factor de riesgo significativo para encarcelamientos repetidos, la personalidad antisocial mostró una importancia marginal, mientras que los trastornos afectivos, los trastornos de ansiedad y “otros trastornos psiquiátricos” no mostraron asociación.
Los períodos más largos de encarcelamiento se asociaron con el abuso de sustancias y, en cierta medida, con la personalidad antisocial. No se encontraron diferencias significativas para los trastornos afectivos, trastornos de ansiedad y “otros trastornos psiquiátricos.”
Los investigadores creen que los hallazgos también desafían el mito del origen étnico y el encarcelamiento: entre los participantes ashkenazíes y sefardíes, el origen étnico no fue un predictor de encarcelamiento una vez que se controlaron los niveles de educación.
Este estudio rechaza varios estigmas comunes, como el origen étnico y los diagnósticos psiquiátricos como predictores de encarcelamiento dice Walsh.
Los investigadores esperan que los hallazgos fomenten el tratamiento para el abuso de sustancias y las personalidades antisociales y aumenten la conciencia de la enfermedad mental en las cárceles.
Referencia bibliográfica:
Walsh, S. D., Dohrenwend, B. P., Levav, I., Weiser, M., & Gal, G. (2019). Early adulthood psychiatric diagnoses and the subsequent risk of life-time incarceration: a cohort study. Psychological Medicine, 1-8. https://doi.org/10.1017/S0033291719002009
Fuente: Psychcentral