Para los amantes de los videojuegos, siempre es una buena noticia leer los beneficios que ofrece este pasatiempo a las personas, en especial cuando un gran número de estudios previos se ha centrado en las contraindicaciones de los juegos de vídeo y sus posibles implicaciones en la conducta violenta.
No obstante, de acuerdo con una publicación realizada por STAT News, no todo es color negro cuando hablamos de videojuegos y, de hecho, pudiera ser que este sea un recurso sumamente útil para el tratamiento de niños en condiciones especiales como el TDAH.
Akili Interactive Labs informó el pasado lunes que su último estudio de un juego de video diseñado para tratar a niños con TDAH cumplió su objetivo principal, un gran paso en la búsqueda de esta compañía para obtener la aprobación de lo que se espera sea el primer videojuego de prescripción clínica. El juego en cuestión pertenece al género de acción e incita a los niños a ejercitar la atención y el control inhibitorio.
El primer juego de prescripción médica
En un estudio de 348 niños entre las edades de 8 y 12 años diagnosticados con TDAH, se encontró que aquellos que jugaron el videojuego de Akili en una tableta durante cuatro semanas vieron mejoras estadísticamente significativas en métricas de atención y control inhibitorio, en comparación con los niños que utilizaron un videojuego de acción diferente diseñado como un placebo.
El juego de Akili consiste en una aventura a través de un río de lava fundida que conduce a los participantes a un país de las maravillas invernal, recompensándolos con estrellas y puntos a medida que completan tareas. Según la compañía, el secreto del videojuego se encuentra en un diseño con base en un sistema de entrega de algoritmos específicos que actúan como un dispositivo médico para activar ciertas redes neuronales.
Desde luego, hablamos de una categoría de videojuegos completamente distinta a las convencionales que, de ser aprobada por las autoridades médicas, significaría un gran avance en el tratamiento de condiciones clínicas tanto en niños como en adultos. En esto, Akili viene construyendo un portafolio de trabajo importante que puede traer grandes beneficios para la salud mental y el bienestar de millones de personas, tal y como lo fue hace un año su proyecto de un videojuego como herramienta de detección del Alzheimer.
“Tenemos algo que se ve y se siente como un videojuego, pero cuando alguien lo usa, obtiene una activación fisiológica directa que conducirá con suerte a la mejora clínica cognitiva y general”, asegura Eddie Martucci, CEO de Akili.
Los investigadores hallaron resultados prometedores en los niños que completaron sesiones de 30 minutos cinco días a la semana durante cuatro semanas
En el estudio de Akili, solo 11 de los participantes informaron eventos adversos como dolor de cabeza y frustración, sin embargo, estos fueron mucho más leves que los efectos secundarios habituales asociados con los medicamentos utilizados a menudo para tratar el TDAH.
“Apuntamos directamente a las vías neurológicas clave”
De acuerdo con Martucci, la compañía está apuntando de forma directa a las vías neurológicas que controlan la atención y la impulsividad, por lo que esperan recibir el apoyo de FDA (U.S. Food and Drug Administration) para que este proyecto pueda concretarse como una herramienta novedosa para el tratamiento del TDAH.
No obstante, siguen habiendo preguntas que tendrán que ser bien explicadas por Akili para recibir este respaldo. Por ejemplo, los padres y médicos que sirvieron de observadores durante el estudio percibieron subjetivamente el mismo grado de mejoría en el comportamiento de los niños que estuvieran jugando el videojuego placebo Vs. el juego terapéutico.
Además, queda pendiente el tema de los médicos y las aseguradoras que podrían querer aceptar el innovador método de Akili en comparación con las técnicas de uso tradicional, a pesar de que la FDA aprobó recientemente otros métodos futuristas, como la primera píldora que puede alertar a su médico cuando la traga y la primera aplicación móvil para ayudar a los pacientes a controlar ciertos trastornos por consumo de sustancias.
Fuente: Scientific America; STAT News