Llamamos regulación emocional a la capacidad de controlar el propio estado emocional mediante determinadas estrategias cognitivas. La investigación sugiere que las estrategias de regulación emocional adaptativas, como la aceptación y la reevaluación positiva, pueden amortiguar los efectos negativos de la adversidad. Por el contrario, las estrategias de regulación emocional desadaptativas, como el catastrofismo y la rumiación, se han relacionado con el empeoramiento de la salud psicológica.
La crisis generada a causa de la pandemia por COVID-19 tuvo efectos prolongados en la salud mental, con síntomas relacionados con el estrés persistentes un año después de que surgiera el virus. Un estudio reciente encontró que durante las distintas etapas de la pandemia, el uso de estrategias adaptativas (como la reevaluación positiva) mitigó los síntomas de ansiedad y depresión, mientras que las estrategias desadaptativas empeoraron tales síntomas (Dimanova et al., 2022).
Qué metodología usaron
La muestra incluyó a 43 adultos que habían participado en un estudio de neuroimagen en Suiza. Antes de la pandemia, se examinó su estructura cerebral mediante imágenes de resonancia magnética estructural (IRM). A lo largo de la pandemia, los participantes completaron múltiples evaluaciones de ansiedad, depresión y uso de estrategias de regulación emocional. Esto incluyó seis evaluaciones quincenales durante la fase inicial de la pandemia (entre marzo y mayo de 2020) y una última evaluación al final del primer año de la pandemia (en diciembre de 2020).
Qué encontraron
Los resultados del estudio revelaron que la ansiedad y la depresión aumentaron después de la aparición inicial de COVID-19, disminuyeron durante un período y luego aumentaron nuevamente al final del año. El análisis estadístico reveló además que los participantes usaron con mayor frecuencia estrategias adaptativas para lidiar con sus emociones, aunque el uso de estrategias desadaptativas explicó la mayor parte de la variación en síntomas depresivos y de ansiedad a lo largo del período de estudio.
En general, el uso de estrategias de regulación emocional desadaptativas se asoció con mayor depresión y ansiedad, mientras que el uso de estrategias adaptativas se asoció con menor ansiedad pero no depresión.
Un hallazgo curioso fue que el reenfocarse en la planificación, es decir, considerar los pasos futuros e involucrarse en la planificación, también predijo peores síntomas de depresión al final del año, a pesar de ser considerada una estrategia de regulación emocional adaptativa. Según los autores del estudio, esto es coherente con la investigación que sugiere que la eficacia de una estrategia de adaptación depende de la situación en la que se utilice.
Además, hubo alguna evidencia de que la estructura cerebral de los participantes predijo su bienestar psicológico. El grosor cortical en la corteza prefrontal lateral derecha (evaluado antes de la pandemia) se asoció con peor salud mental durante la fase temprana de la pandemia, y esta asociación estuvo mediada por mayores índices de rumiación. El grosor cortical también se asoció con la salud psicológica al final del año, pero estuvo mediado por el bienestar mental experimentado a principios de la pandemia.
En general, los resultados del estudio sugieren que el uso de estrategias de regulación emocional influyó en el bienestar psicológico durante la pandemia.
Entre las limitaciones del estudio se apunta que sus datos no incluyeron evaluaciones clínicas anteriores a la pandemia, por lo que los investigadores no pudieron determinar si la depresión y la ansiedad aumentaron con el inicio de la pandemia.
Referencia bibliográfica: Dimanova, P., Borbás, R., Schnider, C. B., Fehlbaum, L. V., & Raschle, N. M. (2022). Prefrontal Cortical Thickness, Emotion Regulation Strategy use and Covid-19 Mental Health. Social Cognitive and Affective Neuroscience. https://doi.org/10.1093/scan/nsac018
Fuente: Psypost