Según un nuevo estudio, las personas que toman café habitualmente son capaces de detectar su olor en umbrales más bajos y también son más rápidos para identificarlo (Stafford et al., 2020). Los hallazgos proporcionan una nueva visión de los cambios sensoriales que acompañan el consumo de drogas.
Muchas investigaciones en esta área se enfocan en los procesos visuales y cómo las señales asociadas a las drogas (como un paquete de cigarrillos o una botella de cerveza) condicionan a los consumidores. Pero incluso mucho tiempo después de que una persona adicta pase el periodo de abstinencia, al verse expuesta a tales señales puede recaer en las ansias por la droga y en su consumo. Explica el autor del estudio, Lorenzo Stafford, que esto puede verse explicado en el hecho de que la mayoría de nuestras experiencias de vida más ricas son multisensoriales, “por lo que parece probable que otros sentidos también desempeñen un papel en el proceso adictivo.”
Para saber qué tan precisas eran las personas que consumían café (en distintas cantidades) para detectar olores relacionados al café, los investigadores realizaron dos experimentos:
- En el primero participaron 62 sujetos, y se haló que los que bebieron la mayor cantidad de café pudieron identificarlo en concentraciones más débiles y fueron más rápidos para identificar su olor. Además, aquellos que consumieron más cafeína tenían más probabilidades de indicar que tenían un deseo más fuerte de cafeína. De hecho,” un mayor deseo, específicamente el que midió la capacidad de la cafeína para revertir los síntomas de abstinencia como la fatiga, se relacionó con mayor sensibilidad en la prueba de detección de olores,” señaló Stafford.
- El segundo experimento, que incluyó a otros 32 participantes, encontró que los consumidores de cafeína eran más sensibles al olor del café, pero no eran más sensibles a otros olores.
El autor concluye en base a estos hallazgos que “procesos bastante básicos en la detección olfativa están vinculados a comportamientos complejos como el consumo de drogas y la adicción.” Y por lo tanto, entiende que la capacidad para detectar el olor (del café en este caso) estaba relacionada con su consumo habitual y con los deseos de consumirlo, no sólo con el hecho de haber tenido mayor exposición a su olor.
“La investigación de otro laboratorio ha sugerido que crear una respuesta aversiva a un olor específico es relativamente rápido y fácil en humanos,” señala Stafford, y plantea que esto puede ofrecer un protocolo para el desarrollo de una terapia enfocada en el aspecto del deseo, y orientada a ayudar a las personas a dejar los hábitos no deseados del consumo de drogas.
Referencia bibliográfica:
Stafford, L. D., Damant, K., Ashurst, S., & Parker, M. O. (2020). Higher olfactory sensitivity to coffee odour in habitual caffeine users. Experimental and Clinical Psychopharmacology, 28(2), 245-250. https://doi.org/10.1037/pha0000293
Fuente: Psypost