Las explicaciones biomédicas han tomado un rol central en la fase psicoeducativa del tratamiento. Muchos terapeutas y psiquiatras consideran que este tipo de explicaciones es muy útil para liberar a los pacientes de la culpabilización y el estigma que suelen acarrear los trastornos mentales. Con ellas se hace hincapié en que los pacientes no son responsables de lo que están padeciendo, que todo es causado por sus cerebros, sus neurotransmisores y su química interna.
Parece tener bastante sentido. No obstante, la evidencia sugiere todo lo contrario. Diversos estudios (Deacon & Baird, 2009 y Lebowitz, Ahn, & Nolen-Hoeksema, 2013) demuestran que presentar la depresión como un problema interno, de causas biológicas, en realidad incrementa el estigma, hace que los pacientes tengan un pronóstico más pesimista y aumenta el tiempo que la persona cree que dura la depresión. Con este tipo de explicación las personas tienden a pensar que la cura de la depresión está fuera de su control, son menos propensas a buscar alguna solución a sus problemas emocionales y están menos dispuestas a solicitar ayuda psicoterapéutica (Deacon & Baird, 2009; Fisher & Farina, 1979; Iselin, 2003; Lebowitz et al., 2013; Schroder, Dawood, Yalch, Brent Donnellan, & Moser, 2015; “Soucy, François,” 2011).
Tiene sentido. Si un paciente cree que su depresión se debe a un desequilibrio químico pondrá todos sus recursos (económicos y disposicionales) para encontrar el tratamiento psicofarmacológico que lo cure lo más rápido posible (Lebowitz et al., 2013; Schroder et al., 2015; “Soucy, François,” 2011).
¿Y cuál es el problema? Ambas explicaciones son igual de válidas, ¿no?
No. No todas las explicaciones tienen el mismo nivel de evidencia. Hemos sido expuestos frecuentemente a la publicidad en favor de los tratamientos psicofarmacológicos, es la explicación más familiar e intuitiva para los pacientes (Grow, Park, & Han, 2006). No obstante, ni la teoría serotoninérgica, ni la teoría de los marcadores genéticos de la depresión cuentan con evidencia suficiente para que sean considerados como modelos explicativos de la depresión. En cambio, y para sorpresa de muchos, las explicaciones psicosociales y contextuales tienen un nivel explicativo y predictivo más preciso.
Un nuevo estudio alerta sobre las repercusiones de las explicaciones biomédicas de la depresión
Un estudio recientemente publicado por Zimmermann & Papa ( 2019) en la revista Psychology and Psychotherapy: Theory, Research and Practice, evaluó el efecto de las explicaciones biológicas y psicosociales de la depresión, sobre la preferencia del tratamiento, el estigma y el pronóstico.
En el estudio se detalla que participaron 229 personas que tenían una edad promedio de 35 años y sintomatología depresiva (evaluada con el Inventario de Depresión de Beck), que no habían recibido tratamiento psicológico ni farmacológico previo. Todos los participantes fueron asignados aleatoriamente a tres condiciones experimentales:
- Un grupo recibió una explicación psicosocial de la depresión.
- El segundo grupo recibió una explicación biomédica de la depresión.
- El tercer grupo (grupo control) recibió una descripción de la depresión sin una explicación causalista.
Cada participante completó un cuestionario que evaluaba las atribuciones causales, estabilidad y control de los tratamientos. Sus resultados apoyan los hallazgos de las investigaciones anteriores y sostienen que la manera en que se presentan los problemas psicológicos (en este caso la depresión) afecta la credibilidad de las opciones de tratamiento.
La explicación biomédica de la depresión tuvo un potente impacto en las creencias de los participantes. Los que recibieron esta explicación se aferraron a la idea de que la depresión es un trastorno que dura toda la vida, eran más propensos a “sentir pena por sí mismos” y creían que las personas con depresión son percibidas como “más peligrosas”. En contraste, las personas que recibieron la explicación centrada en la interacción persona-ambiente (psicosociales-contextuales) tenían una percepción menos crónica y menos pesimista de la depresión.
Todos estos datos representan una oportunidad para que podamos reflexionar sobre el enfoque y el peso que le damos a las explicaciones que utilizamos durante la fase de psicoeducación en el proceso terapéutico. A veces utilizamos explicaciones guiados por las buenas intenciones y la familiaridad de los modelos que conocemos. Sin embargo, estas explicaciones pueden tener efectos nocivos y peligrosos que van más allá de lo que podemos predecir. Una buena alternativa es darle al paciente una explicación amplia que le permita entender los diferentes factores sociales, ambientales, biológicos y conductuales, y enfocarnos en los recursos que podemos utilizar para que el tratamiento sea lo más efectivo posible.
Fuente: Mad in America
Referencias bibliográficas:
Deacon, B. J., & Baird, G. L. (2009). The Chemical Imbalance Explanation of Depression: Reducing Blame at What Cost? Journal of Social and Clinical Psychology, Vol. 28, pp. 415–435. https://doi.org/10.1521/jscp.2009.28.4.415
Fisher, J. D., & Farina, A. (1979). Consequences of beliefs about the nature of mental disorders. Journal of Abnormal Psychology, Vol. 88, pp. 320–327. https://doi.org/10.1037//0021-843x.88.3.320
Grow, J. M., Park, J. S., & Han, X. (2006). “Your Life is Waiting!” Journal of Communication Inquiry, Vol. 30, pp. 163–188. https://doi.org/10.1177/0196859905285315
Iselin, M.-G. (2003). Cognitive Therapy and Research (Vol. 27, pp. 205–222). Vol. 27, pp. 205–222. https://doi.org/10.1023/a:1023513310243
Lebowitz, M. S., Ahn, W.-K., & Nolen-Hoeksema, S. (2013). Fixable or fate? Perceptions of the biology of depression. Journal of Consulting and Clinical Psychology, 81(3), 518–527. https://doi.org/10.1037/a0031730
Schroder, H. S., Dawood, S., Yalch, M. M., Brent Donnellan, M., & Moser, J. S. (2015). The Role of Implicit Theories in Mental Health Symptoms, Emotion Regulation, and Hypothetical Treatment Choices in College Students. Cognitive Therapy and Research, Vol. 39, pp. 120–139. https://doi.org/10.1007/s10608-014-9652-6
Soucy, François. (2011). Benezit Dictionary of Artists. https://doi.org/10.1093/benz/9780199773787.article.b00172644
Zimmermann, M., & Papa, A. (2019). Causal explanations of depression and treatment credibility in adults with untreated depression: Examining attribution theory. Psychology and Psychotherapy. https://doi.org/10.1111/papt.12247
2 comentarios
Me cuesta comprender que algunos profesionales no se dieron cuenta que no existen suficientes evidencia para afirmar y en consecuencia a estigmatizar a los clientes o pacientes con el origen biomedico de la depre.
Se debe tener en cuenta el estado en que llegan los pacientes al encuentro con el profesional de salud, con esperanza, confianza, sumamente permeable a la palabra del profesional y se retiran con la angustia de creer que la angustia, tristeza, desesperanza son para toda la vida y ademas, no tiene cura porque el hard no tiene reemplazo. Muchas veces lo que cura no es el fármaco, sino la mano que lo da.
Muy buen articulo.
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