La investigadora de la Universidad de Leipzing, Julia Rohrer, publicó recientemente un análisis de la personalidad de más de 20,000 personas en Alemania, Reino Unido y Estados Unidos. Luego comparó estos perfiles con diferentes ordenes de nacimiento y descubrió que no habían diferencias significativas en sus resultados. El estudio está disponible en Proceedings of The National Academy of Science of United States of America, y Sergio Parra los resumió para Xakataciencia:
La idea de que el orden de nacimiento forja nuestra personalidad de determinada manera está reflejada incluso en guías educativas actuales porque hay bastante literatura científica que respalda tales afirmaciones. No obstante, el problema de estos estudios son varios. En primer lugar, los hermanos mayores no solo nacieron primero, sino que también simplemente fueron mayores. Es decir, que al estudiarse son más maduros y está más psicológicamente formados que sus hermanos pequeños, lo que podría alterar las mediciones de cualquier estudio a este respecto.
Otro defecto metodológico en muchos de estos estudios reside en el hecho de que solo una persona juzga su propia personalidad y la de sus hermanos, es decir, que se le pregunta al hermano mayor a propósito de todo ello. Este detalle es importante porque la autopercepción y la percepción de los demás a veces pueden diferir considerablemente. Además, los sujetos pueden haber incorporado inconscientemente el cliché de hermanos mayores obedientes y cosmopolitas; incluso los propios padres pueden haber adoptado este estereotipo ampliamente difundido si se les pregunta a propósito de la personalidad de sus hijos.