El Parkinson es una enfermedad neurodegenerativa por la cual las células responsables de producir dopamina mueren en el área de la sustancia negra del cerebro. La dopamina es esencial para el movimiento, ya que actúa como un transmisor de las señales del cerebro a otras partes del cuerpo.
De acuerdo con la web Parkinson News Today, aproximadamente un millón de personas en los Estados Unidos sufren de Parkinson, y alrededor de 50,000 casos nuevos son diagnosticados cada año. A pesar de estas cifras, en la actualidad no existe una prueba específica, como un test sanguíneo, para diagnosticar a una persona con Parkinson, tampoco existen métodos de escáner que puedan detectar la enfermedad, así que los doctores buscan cuatro síntomas clásicos antes de llegar al diagnóstico: temblores, rigidez en las articulaciones de la muñeca y codo, falta o lentitud de movimiento y una postura inestable.
Desde luego, la ausencia de una prueba de diagnóstico específica ralentiza bastante las cosas para los pacientes de Parkinson, que podrían comenzar a recibir tratamiento mucho antes. Es por eso que resulta tan alentadora la publicación hecha el pasado 3 de enero en la revista American Academy of Neurology, donde un estudio parece haber encontrado una importante relación entre los niveles de cafeína en la sangre y la predisposición al Parkinson.
De acuerdo con los investigadores, las personas con enfermedad de Parkinson presentan niveles significativamente bajos de cafeína en sangre en comparación con personas en condiciones de salud normales. Shinji Saiki, autor principal del estudio y doctor de la Escuela de Medicina de la Universidad Juntendo, en Tokyo, asegura que esto podría deberse a que la cafeína es “expulsada del cuerpo” en las primeras etapas de la enfermedad.
Niveles de cafeína en el organismo podrían relacionarse con enfermedad de Parkinson
Si estos resultados son acertados, significaría que puede utilizarse una prueba que mida los niveles de cafeína en sangre como un método para el diagnóstico temprano de Parkinson, incluso antes de que aparezcan los síntomas comunes que los médicos suelen buscar.
Los investigadores llevaron esto a la práctica en un estudio que involucró 108 pacientes de Parkinson y 31 personas de la misma edad que no tenían la enfermedad. Se realizaron pruebas de sangre para medir los niveles de cafeína y también se buscó rastros de mutaciones genéticas que pudieran afectar el proceso metabolizador del café.
Tanto los pacientes de Parkinson como las personas sanas del estudio consumían la misma cantidad de café al día (cerca de 2 tazas diarias), sin embargo, las personas con Parkinson presentaban niveles de cafeína en sangre mucho más bajos. Los científicos encontraron que, basándose en este principio de prevalencia de cafeína en el organismo, fue posible identificar correctamente el 0.98/1 de los casos de Parkinson, lo que equivale a un acierto del 98%.
Estos resultados son prometedores para las personas en riesgo de desarrollar Parkinson y sus familiares, sin embargo, algunas limitaciones del estudio son el hecho de que los medicamentos para el Parkinson podrían influir en el proceso de metabolización de la cafeína, de modo que investigaciones complementarias son necesarias antes de haber de nuevos métodos de diagnóstico.
Fuente: Science Daily; Neurology; Parkinson News Today