El lado B de la maternidad pues no es para todas las mujeres, el proceso de realización, mucho se festeja y se habla del día de la madre, pero qué hay con todas esas madres, que lo son, pero víctimas de una violación, o aquellas que se ven abandonadas por la pareja al saber que están embarazadas.
Madres solteras, madres dejadas, madres en edad adulta, todas con una visión diferente de la maternidad, donde tener un hijo implica, no sólo un compromiso vitalicio sino un cambio de vida, modificar prioridades y mostrar qué tanto pueden dejar de lado el ego indiferente y arrogante, pensando en el otro.
Cambia el cuerpo, se ve mermada la salud, preeclampsia, diabetes gestacional, cambios de humor, manchas en la piel, etc, Ahora a todo esto agréguenle la impotencia, la culpa, el sentimiento de minusvalía, enojo, apatía, resentimiento, baja autoestima; todo eso hace una bomba que poco a poco va llevando a la madre a ver su situación no como una bendición sino como un problema, pero ante la mirada crítica de la sociedad esto es una aberración, una falta de naturaleza, UN HIJO ES UN HIJO. Así es como muchas de estas madres que son abusadas niegan su sentir y ante la incomprensión y falta de apoyo y ayuda profesional, se vuelven portadoras de sentimientos encontrados.
Por un lado el sentimiento de pertenencia, pues es la naturaleza la que les permite sentir a su hijo parte de ellas, verlo como esa carne de su carne; por el otro verlo como el resultado de un abandono, de una agresión, una dicotomía: amar y odiar.
El resultado a largo plazo no se hace esperar, los niños son por lo general inseguros, agresivos, posesivos, celosos, indecisos, con poca asertividad, les invade el miedo a ser abandonados, les persigue el sentimiento de no ser queridos, viven huyendo del compromiso pero buscando posesiones, tener, acumular, atraer, de esta manera sienten menos ansiedad.
No se trata de hacer juicios de valor, pues cada persona es un caso, y cada respuesta es en base a lo aprendido y a las herramientas que se tienen a la mano. Se trata de hacer redes de apoyo para aquellas madres que lo son sin tener el viento a favor, de dejar claro que la ayuda profesional no se puede dejar de lado, que es algo que el tiempo no cambia, que por el contrario solo hace mas fuertes los síntomas, que el sentimiento maternal no va ser por sí solo agente de cambio, que aquella falta de estabilidad y de motivación en tan importante proceso ocasiona problemas emocionales de distinta índole, en donde no solo se afecta a la madre, sino al hijo y a largo plazo a la sociedad, pues es la familia núcleo central de esta.
Mujeres que a edad mayor quedan embarazadas, el riesgo de morir, el no saber qué hacer ante el nuevo reto, al final no dista mucho de otros casos de maternidad difícil, casos y consecuencias variadas.
Por ello admiro a toda aquella mujer que no solo es madre, sino que ha sabido buscar en el proceso la manera de ofrecer amor, calidad, educación, apoyo a sus hijos; aquellas que han tenido el valor y la osadía de salir de los momentos difíciles, perdonar, aprender y seguir. A toda mujer que ha sabido dar valor a la vida que tiene dentro (sin que esto me implique un juicio a las que han decidido lo contrario), también admiro a aquel hombre que sabe que la maternidad compartida se vuelve paternidad, que entra en la difícil tarea de educar, pero también en la satisfacción de saberse dador y velador de una vida, así es que a mi muy particular manera: feliz día de las madres, grandes señoras, grandes mujeres.