Los investigadores de la División de Acústica Aplicada de Chalmers llevaron a cabo un estudio de laboratorio en el que los participantes realizaron pruebas de concentración mientras estaban expuestos al ruido del tráfico de fondo. Se les pidió que observaran la pantalla de una computadora y reaccionaran a ciertas letras, y luego evaluaron su percepción de carga de trabajo. El estudio reveló que los participantes obtuvieron resultados significativamente peores en las pruebas de rendimiento y también percibieron la tarea como más difícil de realizar debido al ruido del tráfico de fondo.
Según Leon Müller, estudiante de doctorado en la División de Acústica Aplicada en el Departamento de Arquitectura e Ingeniería Civil, “lo que hace único a nuestro estudio es que pudimos demostrar una disminución en el rendimiento incluso con niveles de ruido tan bajos como 40 dB, que es el nivel de ruido normal en entornos como oficinas o cocinas”.
El ruido de fondo consistía en dos secuencias de audio que simulaban el paso de camiones a distancias de diez y cincuenta metros. Ambas secuencias se ajustaron al mismo nivel total de ruido interior de 40 dB.
Müller explica que “la secuencia de audio que simulaba los pasajes más cercanos, donde el sonido cambiaba significativamente a medida que los vehículos pasaban, fue la que más molestó a los participantes. Esto podría deberse a que el tráfico que está más lejos se percibe como un sonido constante”.
Los resultados resaltan el impacto negativo en la salud y el rendimiento laboral debido al ruido del tráfico, una situación que ya era problemática. En los últimos años, se ha permitido que las nuevas construcciones se acerquen más a las carreteras en las ciudades suecas, una tendencia que también se observa a nivel internacional.
Las regulaciones suecas actuales sobre la ubicación de construcciones se basan en el nivel promedio de ruido exterior durante un período de 24 horas, sin considerar a las personas que transitan por el área. Además, estas regulaciones no abordan los picos de ruido de baja frecuencia en interiores, los cuales son difíciles de evitar y, según las investigaciones, tienen un mayor impacto en la salud humana.
Jens Forssén, profesor de acústica aplicada en Chalmers, realizó un estudio que modelaba el ruido de baja frecuencia, demostrando que este es generado principalmente por el tráfico pesado a velocidades bajas y es difícil de aislar incluso con ventanas bien aisladas y edificios que cumplen con todas las normas y directrices de aislamiento acústico.
Forssén señala que “los cálculos para diferentes tipos de fachadas muestran que es difícil lograr entornos de sonido interior ideales cerca de carreteras con mucho tráfico. Reducir la velocidad no es una solución, ya que nuestros cálculos muestran que la exposición al ruido interior puede incluso aumentar a velocidades más bajas”.
Además, los investigadores concuerdan en que la solución más efectiva sería evitar la densificación urbana en áreas donde el ruido del tráfico tendría un impacto demasiado significativo en la salud y el bienestar de las personas.
Fuente:
- Leon Müller, Jens Forssén, Wolfgang Kropp. Traffic Noise at Moderate Levels Affects Cognitive Performance: Do Distance-Induced Temporal Changes Matter? International Journal of Environmental Research and Public Health, 2023; 20 (5): 3798 DOI: 10.3390/ijerph20053798
- Jens Forssén, Georgios Zachos, Carmen Rosas Perez, Wolfgang Kropp. A model study of low-frequency noise exposure indoors due to road traffic. Building Acoustics, 2023; 30 (1): 3 DOI: 10.1177/1351010X221143571