Alec Wilkinson en The New York Times:
Sin embargo, si hubiera entendido la profundidad con que están integradas las matemáticas en el mundo, cómo figuran en cada gesto, ya sea cruzar una calle llena de gente o atrapar una pelota, cómo figuran en la pintura y la perspectiva y en la arquitectura y en el mundo natural, etcétera. Entonces tal vez las habría podido ver como las habían visto los antiguos: como una parte fundamental del diseño del mundo, quizá incluso el diseño mismo. Si hubiera sentido que el mundo estaba conectado en las partes de la matemática, podría haberme inspirado una especie de asombro y entusiasmo. Podría haber querido aprender.
Me enseñaron matemáticas de una forma tan abstracta y complicada que al final no aprendí mucho de las clases de matemáticas. Básicamente las clases consistían en resolver de memoria problemas en el libro de Algebra de Baldor. No siento odio hacia las matemáticas, siento frustración de no haberle podido sacar todo el provecho que se menciona en el artículo. Pero no es tarde, todavía puedo aprender.