Los niños que viven con familias estresadas, inestables, con padres emocionalmente distantes y de bajos ingresos económicos, son más propensos a sufrir deterioro de las habilidades cognitivas. Así lo encontró una reciente investigación de la Universidad de Rochester.
Fueron 201 niños que participaron en el estudio. A todos se les midió los niveles de cortisol (hormona del estrés), a través de muestras de saliva, cuando tenían 2, 3 y 4 años de edad.
Sus análisis mostraron que aquellos con familias inestables (cambios recurrentes de los cuidadores, miembros de la familia o de hogar), familias muy severas o emocionalmente distantes, tenían altos niveles de cortisol. En cambio, los niños que sólo vivían con familias inestables, tenían bajos niveles de cortisol. Estos resultados se mantuvieron hasta tres años después tomada la muestra.
Todavía no saben con exactitud cómo la desregulación de cortisol afecta al cerebro, pero hipotetizan que mucho cortisol podría tener efectos tóxicos en las partes del cerebro relacionadas con las funciones cogntivas y por el contrario, los niveles bajos de cortisol reducirían la habilidad del cuerpo para reunir los recursos necesarios para un optimo funcionamiento cognitivo.
Los investigadores explican que lo importante es tener una cantidad moderada de cortisol, porque facilita el funcionamiento cogntiivo y facilita la recolección de recursos necesarios para que la memoria y la habilidad de razonamiento funcionen con normalidad.
Nuevamente la ciencia demuestra que los niños necesitan de ambientes predecibles, contenedores, llenos de amor y cuidado para que puedan desarrollar sus habilidades físicas y mentales a plenitud.
La investigación está disponible en la revista académica Child Development.
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Fuente: Psypost