Rodrigo Santodomingo comenta en el diario El País, dos investigaciones que pusieron a prueba la salud mental de personas que ejercitan los principios básicos del estoicismo:
El primer estudio en el que convergieron los preceptos de esta escuela de pensamiento grecorromana y las métricas contemporáneas apareció en 2021 en la revista Cognitive Therapy and Research. Sus resultados mostraron una caída significativa en la rumiación de pensamientos negativos entre personas con fuerte tendencia a la preocupación. Durante el experimento, se pidió a los participantes que se sumergieran en lecturas seleccionadas y ejercitaran principios estoicos básicos. Se les instó, por ejemplo, a que entendieran la diferencia entre los hechos y el juicio que hacemos sobre ellos (esto último, insistían los estoicos, es casi siempre la verdadera causa de nuestro malestar). En el segundo estudio sobre estoicismo y salud mental, publicado en 2022 en BMC Medical Education, MacLellan y otros autores concluyeron un aumento de la resiliencia y la empatía entre estudiantes de medicina. En este caso, a las herramientas del primer análisis se añadieron otro tipo de técnicas, a destacar un recurso terapéutico de raíz estoica: la visualización negativa, es decir, el ponerse en lo peor (incluido el memento mori, la asunción de que todos moriremos algún día) y tirar de razón, humildad y perspectiva para ahuyentar al catastrofismo.
No es sorprendente, considerando que las prácticas del estoicismo facilitan importantes procesos psicológicos que fomentan una mayor flexibilidad psicológica, un contacto pleno con el momento presente y una toma de perspectiva más equilibrada. Estos procesos no solo ayudan a reducir la tendencia a la rumia y los pensamientos repetitivos negativos, sino que también favorecen una respuesta más adaptativa ante el malestar emocional, promoviendo una mayor resiliencia y bienestar general.
La filosofía estoica, al enfatizar la aceptación de lo que no se puede controlar y la focalización en las acciones bajo nuestro dominio, se alinea con principios modernos de la psicología basada en la evidencia, como la Terapia de Aceptación y Compromiso (ACT), que también busca fortalecer la flexibilidad psicológica.
No es sorprende que Beck y Ellis se inspiraran también en el estoicismo.