En las noticias, en redes sociales y en la vida personal y laboral, leemos y escuchamos sucesos que retratan el padecimiento de alguien que ha sufrido algún menoscabo; al asunto es que tendemos a ver a las víctimas de irregularidades o injusticias como más virtuosas moralmente que las personas que no víctimas y se han comportado de manera idéntica (Jordan & Kouchaki, 2021), y estas percepciones pueden tener implicaciones sociales importantes, incluida la formulación de políticas y respuestas legales, el tratamiento que reciben las víctimas, entre otras cuestiones.
Qué metodología usaron
Para averiguar cómo perciben las personas el carácter moral de las víctimas, los investigadores realizaron 17 experimentos en los que participaron 9676 sujetos. 16 de esos estudios fueron realizados en línea y 1 de ellos se llevó a cabo en un laboratorio.
El diseño básico de esta investigación implicó asignar a los participantes a una condición neutral o de víctima, donde se les presentaban narrativas que contenían información idéntica sobre el comportamiento de un personaje objetivo. En la condición de víctima, se informó a los participantes que otro personaje trató al objetivo de manera inmoral, mientras que este no fue el caso de la condición neutral.
Después de leer las narraciones, los participantes proporcionaron una calificación de moralidad y confiabilidad para el personaje objetivo. Algunos experimentos también incluyeron medidas secundarias, como la simpatía por el objetivo. Este diseño básico se aplicó a seis narrativas diferentes con seis transgresiones morales distintas (por ejemplo, robo, ataque verbal, negligencia médica).
Los investigadores también exploraron los límites potenciales del efecto “víctima virtuosa” manipulando variables como la narración en primera o tercera persona, el género del objetivo y su competencia. Además, exploraron posibles explicaciones para el efecto, incluida la hipótesis de “restauración de la justicia” que argumenta que las víctimas son vistas como morales porque esto motiva el castigo de los perpetradores y la ayuda a las víctimas, y las personas son frecuentemente incentivadas a promulgar o alentar tales acciones de restauración de la justicia.
Qué encontraron
Luego del análisis de los resultados, los autores hallaron que las víctimas a menudo son vistas como más virtuosas que las personas no víctimas en una amplia gama de transgresiones morales, no por cómo se han comportado, sino por cómo otros las han maltratado. Este efecto no fue moderado por la raza o el género de la víctima.
Al explorar los límites potenciales de este efecto, los investigadores encontraron que el efecto puede ser especialmente probable para las narrativas de las víctimas que describen al perpetrador y se narran en tercera persona. Además, este efecto fue específico para víctimas de inmoralidad y no se extendió a las víctimas accidentales ni a la virtud moral (es decir, rasgos positivos pero no morales, como el atletismo y la gracia).
Por otro lado, los resultados apoyan la hipótesis de restauración de la justicia, que sugiere que ver a las víctimas como virtuosas motiva la acción de restauración de la justicia. Es importante destacar que la introducción de desincentivos para tal acción eliminó el efecto de “víctima virtuosa”.
Una limitación de este trabajo es que se basó en narrativas hipotéticas, la mayoría de ellas presentadas en tercera persona. Los autores sugieren que trabajos futuros deben explorar las percepciones de las víctimas del mundo real, tanto en contextos de tercera persona (por ejemplo, cobertura de noticias, chismes) como el intercambio de historias personales.
Referencia: Jordan, J. J., & Kouchaki, M. (2021). Virtuous victims. Science Advances, 7(42), eabg5902. https://doi.org/10.1126/sciadv.abg5902
Fuente: Psypost