Somini Sengupta para The New York Times:
En resumen, las olas de calor, exacerbadas por la acumulación en la atmósfera de gases que calientan el planeta, están dificultando el aprendizaje. Incluso si las escuelas están abiertas, las temperaturas extremadamente altas, especialmente durante varias horas, perjudican los resultados del aprendizaje, incluidos los puntajes de los exámenes, según demuestran las investigaciones.
“Nos preocupa profundamente que el número de días de calor extremo provoque indirectamente pérdidas de aprendizaje”, dijo el martes en una entrevista telefónica Lily Caprani, jefa de defensa de derechos de Unicef.
Los efectos sobre el cierre de escuelas son una muestra de la cruda brecha generacional que suponen los peligros climáticos. Según los datos de Unicef, uno de cada cinco niños de todo el mundo experimenta hoy el doble de días de calor extremo que sus abuelos.
En total, 466 millones de niños de todo el mundo viven hoy en zonas que experimentan al menos el doble de días de calor extremo, definido como más de 35 grados centígrados, que sus abuelos.
Estos datos me dejan pensando en los niños que no tienen acceso a un ambiente climatizado. En muchas escuelas privadas este problema se solventa con aires acondicionados, pero en las escuelas publicas los niños tienen que sufrir con las olas de calor, lo que dificulta que puedan concentrarse y aprender. Al final los que menos tienen son los que sufren más de los efectos del cambio climático.