Un cambio en la forma en que nos hablamos a nosotros mismos (autodiálogo) cuando experimentamos emociones desagradables o situaciones desafiantes puede incrementar la capacidad de regular las emociones. Este cambio, sutil pero importante, consiste en hablarnos por nuestro nombre o utilizar los pronombres en segunda o tercera persona singular. Por ejemplo, en vez de decir: “Ahora cómo voy a arreglar este problema sin empeorarlo”, puedo decir “David, ¿cómo puedes resolver este problema sin empeorarlo”?
Existe suficiente evidencia de que esta técnica funciona, pero todavía no se sabe con claridad si su efectividad depende de la intensidad del evento negativo que atraviesan las personas y si sus beneficios se extienden a personas que tienen alguna vulnerabilidad emocional específica (propensión a la rumia o a los síntomas depresivos, por ejemplo).
Para intentar responder a esta incógnita, el equipo de Orvell et al. (2020) llevó a cabo una muy interesante investigación que incluyó dos estudios. En dichos estudios compararon el efecto del autodiálogo distanciado vs el autodiálogo inmersivo sobre la regulación emocional y su efectividad sobre eventos pasados, futuros y las características de vulnerabilidad.
En el primer estudio los participantes (n=50) utilizaron el autodiálogo (inmersivo y distanciado) para reflexionar sobre eventos negativos futuros de diferente intensidad emocional. Sus resultados mostraron que el autodiálogo distanciado redujo significativamente la reactividad emocional.
El segundo estudio fue muy parecido, con la diferencia de que los participantes (n=49) fueron previamente evaluados para conocer sus características de vulnerabilidad emocional. Luego fueron expuestos a recuerdos negativos del pasado y de diferente intensidad. Nuevamente el autodiálogo distanciado se relacionó con menor reactividad emocional y los resultados se mantuvieron aun con las diferencias individuales.
En el siguiente gráfico se pueden observar los efectos del autodiálogo distanciado (color azul) y en primera persona (color rojo) sobre la reactividad emocional negativa en diferentes tipos de experiencias emocionales: (A) estudio 1 y (B) estudio 2. Los tipos de experiencias están graficados en función de la creatividad emocional negativa (1 = nada negativo y 5 = muy negativo).
Cabe aclarar que el término “distanciado” suele asociarse con la evitación emocional (estar lejos de las emociones desagradables o mantenerlas a raya), pero en el caso del autodiálogo distanciado es todo lo contrario: se motiva a las personas a reflexionar y tomar contacto directamente con el contenido emocional en vez de evitarlo.
Para un terapeuta con conocimiento en habilidades de aceptación y defusión cognitiva el hallazgo tiene sentido y es congruente con su trabajo clínico. El punto principal de esta investigación es que ofrece mayor evidencia de un tipo de intervención que es muy accesible y económica para fomentar la exposición y la toma de perspectiva a situaciones muy demandantes.
Referencia: Orvell, A., Vickers, B. D., Drake, B., Verduyn, P., Ayduk, O., Moser, J., Jonides, J., & Kross, E. (2020). Does Distanced Self-Talk Facilitate Emotion Regulation Across a Range of Emotionally Intense Experiences? Clinical Psychological Science, 2167702620951539. https://doi.org/10.1177/2167702620951539