El informe de UNICEF Ocultos a plena luz recopila datos de 195 países y muestra cifras impactantes sobre la violencia sufrida por niñas y niños. Informan, por ejemplo, que cerca de 120 millones de niñas menores de 20 años en todo el mundo (alrededor de 1 de cada 10) han experimentado relaciones sexuales por la fuerza u otros actos sexuales forzados, y 1 de cada 3 niñas adolescentes de 15 a 19 años que estuvieron alguna vez casadas (84 millones) ha sido víctima de violencia emocional, física o sexual por parte del esposo o compañero. En Suiza, un estudio nacional de niñas y niños de 15 a 17 años realizado en 2009 encontró que el 22% y el 8%, respectivamente, habían sufrido al menos un incidente de violencia sexual con contacto físico. La forma más común de violencia sexual para ambos sexos fue la victimización a través de Internet.
Por otra parte, los datos indican que es mucho mayor el número de niños que sufren la violencia en forma de disciplina, por lo general en sus propios hogares y desde que son muy jóvenes. Como promedio, 6 de cada 10 niños del mundo (unos 1.000 millones) de 2 a 14 años de edad sufren de manera periódica castigos físicos (corporales) a manos de sus cuidadores. En la mayoría de los casos, los niños son objeto de una combinación de castigos físicos y agresiones psicológicas. En general, las formas más graves de castigo corporal, como los golpes en la cabeza, las orejas y el rostro, o los golpes fuertes y reiterados, son las menos frecuentes. Como promedio, esas formas de castigo afectan al 17% de los niños en 58 países. En otros 23 países, la aplicación de castigos físicos severos está generalizada, con más de uno de cada cinco niños afectada. En la mayoría de los países, los adultos que han recibido poca o ninguna educación tienden a creer en la necesidad del castigo físico en mayor medida que los que cuentan con educación escolar.
Un estudio reciente encontró que los niños que experimentan abuso sexual o físico o que sufrieron negligencia infantil tienen más probabilidades de morir prematuramente como adultos (Rogers et al., 2021).
Qué metodología usaron
El equipo de investigadores analizó los datos de 9310 personas nacidas en el año 1958, que forman parte del Estudio Nacional de Desarrollo Infantil de 1958, una investigación de cohorte de nacimiento representativo a nivel nacional en el Reino Unido.
Los investigadores examinaron los factores socioeconómicos y relacionados con la salud que podrían explicar por qué las personas que fueron abusadas o sufrieron negligencia y descuidos en la infancia, o que nacieron en desventaja económica, tenían más probabilidades de morir en la mediana edad.
Qué encontraron
Como resultado, los investigadores encontraron que:
- Los adultos que informaron haber experimentado abuso sexual a la edad de 16 años tenían un riesgo 2.6 veces mayor de morir en la mediana edad, es decir, entre los 45 y los 58 años, que aquellos que no informaron haber sufrido abuso sexual.
- Aquellos que informaron haber sufrido abuso físico a los 16 años de edad tenían un riesgo 1,7 veces mayor de muerte prematura.
- Las personas que experimentaron negligencia (evaluada utilizando respuestas de cuestionarios recopilados de los padres y maestros de los encuestados durante su infancia) tenían un riesgo 1,4 veces mayor.
Los investigadores también analizaron el vínculo entre las desventajas socioeconómicas en la vida temprana y la muerte prematura. Descubrieron que aquellos que estaban en desventaja al nacer (es decir, los sujetos cuyo “trabajo de padre” estaba clasificado como trabajo manual no calificado) tenían un riesgo 1,9 veces mayor de mortalidad prematura que otros grupos socioeconómicos.
También descubrieron que fumar parecía ser especialmente importante para explicar la mortalidad entre los que sufrían abuso físico o negligencia y entre los que estaban en desventaja económica.
Sin embargo, ninguno de los factores examinados, que iban desde la salud mental hasta la obesidad y conductas de riesgo como el consumo ilegal de drogas y el alcoholismo, pareció explicar la mayor probabilidad de muerte prematura de las personas que experimentaron abuso sexual en la niñez.
La prevalencia de diferentes adversidades en la vida temprana entre los miembros de la cohorte incluidos en el estudio varió del 1,6% (abuso sexual) al 11% (abuso psicológico), con un 10% clasificado como socioeconómicamente desfavorecido en la vida temprana.
A los siete y 11 años de edad, la madre y el maestro de cada miembro de la cohorte respondieron preguntas de las cuales los investigadores pudieron deducir si mostraban signos de negligencia. Cuando los miembros de la cohorte tenían 45 años, se les preguntó si alguna vez habían experimentado abuso sexual, físico o psicológico o si habían presenciado abuso de otros en su familia a la edad de 16 años. Luego, los investigadores siguieron a los miembros de la cohorte durante 13 años y se registraron las muertes durante ese tiempo. El abuso psicológico y la presencia de abuso de otros no se vincularon de forma independiente con una mayor probabilidad de muerte prematura.
Según el autor principal, este estudio es el primero en desentrañar las asociaciones independientes entre los diferentes tipos de maltrato infantil y la mortalidad en la edad adulta. Destaca que muy pocos estudios han considerado las implicaciones a largo plazo de experimentar negligencia en la niñez. Por lo tanto, haber encontrado que los niños que no reciben los cuidados necesarios tienen un 43% más de riesgo de morir temprano en la edad adulta, destaca un componente crítico del maltrato infantil donde el conocimiento de los resultados a largo plazo es particularmente escaso.
Este trabajo muestra las consecuencias duraderas que pueden tener tipos específicos de abuso y negligencia infantil. Los hallazgos son especialmente importantes porque estas adversidades de la vida temprana no son infrecuentes y afectan a millones de personas en todos los países del mundo.
Referencia bibliográfica: Rogers, N. T., Power, C., & Pinto Pereira, S. M. (2021). Child maltreatment, early life socioeconomic disadvantage and all-cause mortality in mid-adulthood: findings from a prospective British birth cohort. BMJ Open, 11(9), e050914. https://doi.org/10.1136/bmjopen-2021-050914
Fuente: Science Daily