Los servicios de salud primaria y asistentes sociales generalmente están alerta ante los posibles casos de abuso físico y sexual infantil. Sin embargo, raramente, el abuso psicológico se encuentra entre los programas de prevención y de tratamiento. Esto posiblemente se deba a la dificultad de detectar y comprobar el abuso y negligencia psicológica, sumado a que nuestra sociedad no lo considera tan grave como el abuso físico o sexual.
Pero hace unos días la APA (Asociación Americana de Psicología) publicó un informe que sostiene que los niños emocionalmente abusados y abandonados enfrentan problemas de características similares y en algunos casos peores que los niños que han sufrido abuso sexual o físico.
El informe se basa en los resultados de una investigación que saldrá en el próximo número especial de la revista académica Psychological Trauma: Theory, Research, Practice and Policy. El paper obtuvo los datos del National Child Traumatic Stress Network Core Data que cuenta con las historias de vida de 5.616 niños que habían sufrido uno o más de los tres tipos de maltrato: psicológico (abuso emocional o negligencia emocional), maltrato físico y abuso sexual.
El maltrato psicológico tuvo una asociación más fuerte con la depresión, trastorno de ansiedad generalizada…
Más de la mitad de los niños (62%) tenía antecedentes de maltrato psicológico y casi el 25% había sufrido exclusivamente de este tipo de maltrato, que fue previamente definido como:
- intimidación por parte del cuidador
- aterrorizar
- control coercitivo
- insultos graves
- envilecimiento o perversión
- amenazas
- demandas abrumadoras
- evitación y/o aislamiento.
Los síntomas de las víctimas de abuso psicológico fueron: problemas de de ansiedad, depresión, baja autoestima, síntomas de estrés post-traumático y tendencia suicida a la misma velocidad, y en algunos casos a un ritmo mayor, que los niños que fueron abusados física o sexualmente.
Necesitamos mejores iniciativas de salud pública
Y al diferenciar entre los tres tipos de abuso se encontró que el maltrato psicológico tuvo una asociación más fuerte con la depresión, trastorno de ansiedad generalizada, trastorno de ansiedad social, problemas de apego y el abuso de sustancias.
El maltrato psicológico que ocurrió en conjunto con el abuso físico o sexual se asoció significativamente con resultados más graves y de mayor alcance que cuando los niños eran sexualmente y físicamente abusados. Por otro lado, el abuso sexual y físico tuvo que ocurrir al mismo tiempo que el abuso psicológico para que generara síntomas como problemas de conducta en la escuela, problemas de apego y conductas autolesivas.
Se entiende que por las faltas de prueba física sea más difícil poder detectar y comprobar el abuso y la negligencia emocional y es por eso mismo que necesitamos mejores iniciativas de salud pública que ayuden a la sociedad a saber cuán dañino es el maltrato psicológico tanto para adultos como para niños
Fuente: ScienceDaily