El uso de medicamentos comunes no opioides estaría asociado también con el riesgo de abuso de sustancias, según los hallazgos de un nuevo estudio que encontró aumentos “preocupantes” en los intentos de suicidio relacionados a la gabapentina y el baclofeno, y los ingresos hospitalarios en adultos estadounidenses desde 2013, coincidiendo con una disminución en las recetas de opioides (Reynolds et al., 2019).
Los investigadores explican que las campañas activas para advertir sobre los riesgos asociados con el uso de opioides han resultado en una disminución dramática en las recetas en los Estados Unidos después de un pico en 2010-2012. Sin embargo, con millones de adultos que aún viven con dolor crónico, los medicamentos no opioides se consideran ampliamente como alternativas más seguras para su tratamiento. Informan los investigadores que las recetas de gabapentina han aumentado un 64%: de 39 millones en 2012 a 64 millones en 2016 (cuando era el décimo medicamento recetado más comúnmente en los EEUU).
Para este estudio se observaron más de 90000 casos de exposición a los medicamentos. Se hallaron grandes aumentos en el uso indebido y la toxicidad, con casos de abuso aislado del uso de gabapentina (de 2013 a 2017) aumentando en un 119.9%, y baclofeno (2014-2017) 31.7 %.
Tras una revisión de los datos en el sistema nacional de datos de envenenamiento, los investigadores descubrieron que todos los estados de EE. UU. Han visto aumentos en la exposición a la gabapentina. La mayoría de los estados también vieron aumentos en la exposición al baclofeno, el uso/abuso de gabapentina y el uso/abuso del baclofeno. Los resultados específicos incluyen:
- Durante el período de cinco años (2013-2017), hubo 74,175 exposiciones a gabapentina.
- La exposición total a gabapentina aumentó en un 72,3%;
- Las exposiciones aisladas aumentaron en un 67.1% y el abuso/mal uso aislado aumentó en un 119.9%.
- Durante el período de cuatro años (2014 a 2017), hubo 15.937 exposiciones a baclofeno.
- Las exposiciones totales a baclofeno aumentaron en un 36,2%;
- Las exposiciones aisladas de baclofeno aumentaron en un 35% y el mal uso/abuso aislado aumentó en un 31,7%.
Los investigadores también descubrieron que se requerían ingresos a un centro de atención médica en el 16,7% de las exposiciones aisladas a gabapentina y el 52,1% de las exposiciones aisladas a baclofeno.
Los casos de sospecha de intentos de suicidio intencional aumentaron en un 80.3% para exposiciones aisladas a gabapentina durante un período de cinco años y 43% para baclofeno durante un período de cuatro años. El consumo conjunto de sedantes y opioides fue común para ambos medicamentos.
La autora principal, Dra. Kimberly Reynolds, declaró que “es necesario desarrollar una mejor comprensión de los riesgos que conllevan estos medicamentos no opioides para que los proveedores y los pacientes puedan tomar decisiones mejor informadas sobre su papel en el manejo del dolor, y también podrían conducir a la introducción de nuevas medidas de salud pública.”
Como resultado de sus hallazgos, los autores del estudio recomiendan que los pacientes a los que se recetan estos medicamentos se sometan a pruebas de detección de trastornos por uso de sustancias, trastornos del estado de ánimo e ideas suicidas, utilizando herramientas de detección validadas. Además, las recetas de los medicamentos deben colocarse en la base de datos electrónica que rastrea las recetas de sustancias controladas en un estado (programa de monitoreo de medicamentos recetados).
Referencia bibliográfica:
Reynolds, K., Kaufman, R., Korenoski, A., Fennimore, L., Shulman, J., & Lynch, M. (2019). Trends in gabapentin and baclofen exposures reported to U.S. poison centers. Clinical Toxicology, pp. 1-10. https://doi.org/10.1080/15563650.2019.1687902
Fuente: Psychcentral