Las personas que disfrutamos del ejercicio físico regular hace mucho podemos presumir de mucho más que unas piernas que no cuelgan.
Estudios previos ya habían destacado los beneficios del ejercicio antes y cómo este contribuye a mejorar las habilidades cognitivas, reducir la ansiedad, tratar la depresión, el estrés y reducir el riesgo de diabetes. Ahora, un nuevo estudio del Instituto Nacional de Medicina Complementaria de Australia, Universidad Western Sydney, nos habla de las ventajas del ejercicio aeróbico para mantener la salud cerebral a medida que envejecemos, específicamente, el buen estado de la memoria.
La ciencia nos ha sugerido hasta el momento que la salud del cerebro disminuye progresivamente con la edad a razón de un encogimiento del cerebro promedio del 5% cada década después de los 40 años. La buena noticia es que, de acuerdo con el estudio presentado, el ejercicio aeróbico podría aumentar el tamaño del hipocampo disminuyendo el deterioro cerebral.
Los autores de la investigación revisaron sistemáticamente 14 ensayos clínicos que examinaron los escáneres cerebrales de 737 personas antes y después de los programas de ejercicio aeróbico o en condiciones de control. Los participantes incluyeron una mezcla de adultos sanos, personas con deterioro cognitivo leve como el Alzheimer y personas con un diagnóstico clínico de enfermedad mental, incluida la depresión y la esquizofrenia. Las edades oscilaron entre los 24 y 76 años, con una edad promedio de 66 años.
Los investigadores examinaron los efectos del ejercicio aeróbico, incluido el ciclismo estacionario, caminar y correr en cinta rodante. La duración de las intervenciones varió de 3 a 24 meses con un rango de 2-5 sesiones por semana.
Los resultados, que fueron publicados en la revista NeuroImage, mostraron que, si bien el ejercicio no tuvo ningún efecto sobre el volumen total del hipocampo, sí aumentó significativamente el tamaño de la región izquierda del hipocampo en los humanos, lo cual aporta aún más evidencia sobre los beneficios del ejercicio para la salud cerebral.
Joseph Firth, autor principal del estudio, asegura que estos hallazgos tienen implicaciones directas para la prevención de trastornos neurodegenerativos relacionados con el envejecimiento, como el Alzheimer y la demencia.
Fuente: Science Daily; Neuroimage