Para quienes no somos nativos digitales, es decir, que no hemos nacido y crecido con las nuevas tecnologías, era habitual (y muchos lo seguimos haciendo) que al momento de recrearnos encontráramos reconfortantes los juegos de mesa como scrabble, los crucigramas, sopas de letras o sudokus. Desde pequeños consideramos nuestro mayor tesoro un libro para colorear, con imágenes para unir los puntos o encontrar las diferencias. Hemos considerado estas actividades, por lo general, como una de las mejores maneras de distendernos de las tareas diarias, y divertirnos de forma sencilla y poco costosa. En el presente artículo se describen los hallazgos de estudios sobre la eficacia relativa de los ejercicios mentales en comparación con otros métodos para la prevención del deterioro cognitivo.
El deterioro cognitivo leve, en la cual los adultos mayores presentan lapsos en la memoria y otras funciones mentales que no son lo suficientemente graves como para afectar sus actividades diarias, afecta a alrededor del 10% al 20% de los mayores de 70 años. Cada año, alrededor del 10% de estas personas va a progresar en el desarrollo de demencia, una forma más grave de deterioro que puede afectar drásticamente su independencia y su capacidad para funcionar. Pero a pesar de la creciente proporción de la población que pueda verse afectada por estas condiciones, un análisis publicado en la revista de la Asociación Médica Canadiense encontró que hay algunas opciones eficaces para el tratamiento de las mismas.
Pueden aumentar el riesgo de deterioro cognitivo
Los investigadores revisaron 32 ensayos controlados aleatorios, en los que los pacientes fueron asignados al azar a intervenciones como medicamentos para controlar el deterioro cognitivo, remedios a base de hierbas, actividad física o ejercicios mentales como crucigramas, o seguir viviendo sus vidas sin ninguna modificación. Mediante la comparación de los diferentes métodos de tratamiento de deterioro cognitivo, los científicos esperaban llegar a algún tipo de orden jerárquico sobre la eficacia de las diversas intervenciones.
No encontraron pruebas sólidas para apoyar a medicamentos como donepezil, un inhibidor de la colinesterasa diseñado para ayudar a las sustancias químicas del cerebro a mantener a los circuitos neuronales implicados en la cognición activa. Los estudios han dado a entender que tales medicamentos son sólo mínimamente eficaces evitando los síntomas de la demencia, pero con tan pocos medicamentos para tratar la demencia disponibles, muchos médicos continúan prescribiendolos, ya que pueden ayudar a algunos pacientes.
También hubo poca evidencia que apoye la eficacia de los remedios naturales como el suplemento herbal ginkgo, la hormona dehidroepiandrosterona (DHEA), o vitamina B y ácidos grasos omega-3. La mayoría de los estudios encontraron que estos remedios tienen poco o ningún efecto en la mejora de las puntuaciones en las pruebas de memoria u otras evaluaciones de las funciones cognitivas.
Los estudios que investigan el papel de los estrógenos y la terapia de testosterona mostraron que las terapias hormonales en realidad pueden aumentar el riesgo de deterioro cognitivo; entre más de 10.000 mujeres, las que tomaron la terapia de estrógeno aumentaron el riesgo de demencia después de cinco años en un 80% en comparación con las mujeres que no tomaron la hormona, y los estudios de los hombres que tomaban testosterona sugieren que la hormona podría obstaculizar la memoria a corto plazo.
Dado que estudios recientes sugieren que la actividad física puede mejorar las funciones cognitivas en los ancianos, los investigadores también evaluaron los ensayos que incluyeron la resistencia y equilibrio, así como las actividades aeróbicas y encontraron que el entrenamiento de resistencia mejoró la memoria a corto y largo plazo de algunos participantes, mientras que las actividades aeróbicas ayudaron a algunas funciones ejecutivas como la planificación y organización, pero no a la memoria. En general, los investigadores escriben: “Hay cierta evidencia de que el ejercicio físico puede tener un beneficio positivo, y dados sus innumerables otros beneficios médicos, se debe alentar a todos los pacientes a practicarlo.”
Por mucho, la intervención que mostró los más dramáticos beneficios entre los adultos mayores sanos que participaron, fueron los ejercicios mentales. Estos ensayos incluyeron aprender a utilizar programas de computadora sobre entrenamiento o ejercicio de la memoria, razonamiento y ejercicios de procesamiento de velocidad. También arroja resultados interesantes el estudio que habla sobre el nivel de lectura como medida de reserva cognitiva en adultos mayores. Aquellos que fueron entrenados en este tipo de habilidades mostraron significativamente mejor memoria y habilidades de atención que los que no lo hicieron, y un ensayo incluso informó que los participantes mantuvieron las mejorarías en la memoria a lo largo de un período de cinco años de seguimiento.
No está claro si la intervención con crucigramas o sudokus diarios puede evitar realmente el deterioro cognitivo
¿Cuáles son las mejores maneras de involucrar al cerebro para cosechar estos beneficios? Cualquier cosa que pueda mantener el pensamiento y los circuitos organizativos o de la memoria activa puede ser útil, de acuerdo con estudios recientes. Por ejemplo, el año pasado, los investigadores de la Universidad de Tohoku en Japón mostraron que los hombres y mujeres de edad avanzada podrían mejorar algunas de sus capacidades mentales deterioradas – al menos en el corto plazo – jugando el juego Brain Age, en el cual los usuarios cuentan con una variedad de tópicos en los que se presentan preguntas engañosas para el cerebro.
Aunque es cierto que no le haría mal a nadie mantener el cerebro activo aún teniendo una edad avanzada, los investigadores señalan que no está claro si la intervención con crucigramas o sudokus diarios puede evitar realmente el deterioro cognitivo leve o prevenir la demencia. Ellos señalan que muchos de los estudios que evaluaron comprendían un número relativamente pequeño de participantes. Sin embargo, los resultados ponen en relieve la falta de estrategias efectivas para hacer frente a la creciente prevalencia de deterioro cognitivo y demencia en el envejecimiento de la población.
Los autores concluyen: “Los estudios futuros deben abordar el impacto del entrenamiento cognitivo sobre la prevención del deterioro cognitivo, y alentamos a los investigadores a considerar las herramientas fácilmente accesibles, como crucigramas y sudoku que no han sido estudiados con rigor.”
Fuente: Healthland
Imagen: fred_v en Flickr