El DSM (Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales) o como muchos le dicen: la “biblia” de los psiquiatras, está por salir en su 5ta edición y sin pasar desapercibida. Ya ha causado muchas controversias, desde su primera publicación en la década de los 50, ha contado con el apoyo de reconocidos psiquiatras en la clasificación y categorización de los trastornos mentales, pero también existen diferentes posturas en contra, como el famoso movimiento anti-psiquiatría que manifiesta su desacuerdo ante la extensa calificación de las psicopatologías.
Varios medios importantes en el mundo, como la revista Time y la BBC y otros conocidos en Argentina como el diario Clarín y el medio digital Infobae.com se hicieron eco de esta controversia. En su edición del 30 de mayo del 2012, Clarín dedicó 3 páginas completas en su primera plana al análisis de las nuevas adicciones. El diario digital Infobae.com hizo lo mismo agregando algunas criticas de renombrados psicoanalistas argentinos.
¿Cuáles son las principales causas de este conflicto?:
Falta de consenso sobre los trastornos que se deben añadir o descartar y la posible patologización desmedida.
En muchas universidades donde el psicoanálisis es la principal corriente, el DSM es dejado de lado al momento de estudiar psicopatología ya que los adeptos al psicoanálisis se oponen categóricamente a la clasificación masiva y proponen un tratamiento individual, desde la óptica freudiana o lacaniana para cada paciente con su respectiva sintomatología.
La psicoanalista Sonia Almada, directora del Centro de Salud Mental Aralma, destaca que si la mesa de trabajo del DSM V incluye como trastorno mental, por ejemplo, a la ludopatía, es porque socialmente existe, no lo están inventando. “Así sucedió cuando el DSM IV, en 2000, incluyó el ataque de pánico, lo que hasta ese momento se lo diagnostican como trastorno de angustia o de depresión”, dice ella. “Pero también existe el riesgo de que cualquier conducta pueda terminar en ser patológica. Por ejemplo, una señora de 80 años, viuda, que va al bingo a jugar porque está sola, ¿es una enferma mental?”
Entre las modificaciones más controversiales en el DSM-V están: la nueva definición de adicción y el agregado de las nuevas adicciones: comida, internet, sexo e incluso las compras. Esta nueva versión incluirá una lista más amplia de los síntomas reconocidos de la adicción a las drogas y alcohol y al mismo tiempo reducirá el número de síntomas que se requieren para el diagnóstico de esta y otras adicciones.
Los detractores de la inclusión de estas nuevas adiciones sostienen que podrían ser utilizadas en diagnósticos muy generales, causando que cualquier conducta pueda ser catalogada como patología.
Según la APA ( American Psychological Association) esta calificación más amplia es necesaria para promover diagnósticos más precisos e intervenciones apropiadas y más tempranas, así como también la obtención de mejores resultados.
Elías Klubok, médico psiquiatra de APSA (Asociación de Psiquiatras Argentinos) y también psicoanalista opina que “estos manuales clasifican conductas que producen infelicidad y que están entroncadas con los tiempos actuales, con los paradigmas actuales, algo que las mismas publicidades transmiten permanentemente: comprar compulsivamente, jugar para ganar, que ‘alguien de arriba’ nos salve”.
Otro suceso controversial fue la exclusión del síndrome de psicosis atenuada (propuesto para identificar a aquéllos sujetos en riesgo de desarrollar psicosis) y del “trastorno combinado depresivo y de ansiedad”. Otra de las propuestas controvertidas que se decidió excluir fue el dolor por la pérdida de un familiar querido del trastorno de depresión grave.
El grupo de doctores que dirigen el análisis, decidió mantener una de las propuestas más debatidas: la ampliación de la definición del autismo. El DSM-V propone eliminar el diagnóstico de trastorno de Asperger y el trastorno generalizado del desarrollo y combinar los casos más severos de ambas, para así mantener una definición más amplia del autismo. Muchos temen que decenas de miles de niños sean diagnosticados con autismo.
El Doctor David Kupfer señala que “estos cambios surgieron en respuesta a muchos estudios de campo diseñados para probar si los diagnósticos propuestos son confiables entre los psiquiatras” y sostiene que estos cambios son un borrador, es decir que no representran cambios definitivos en el nuevo DSM.
El aumento de medicación.
¿Que sostienen los Psiquiatras que apoyan el DSM?
El proceso de actualización está dividido en 13 grupos de trabajo, que laboran en 20 categorías de trastornos psicológicos y son coordinadas por los reconocidos doctores David Kupfer de la Universidad de Pittsburgh y Darrel Regier, director de investigación de la APA.
5 comentarios
El gran problema de este tipo de manuales es la estandarización de la patología con la pérdida de la subjetividad (como yo vivo un trastorno no lo vive la otra persona). Esperemos que este manual esté más fundamentado en cuestiones dimensionales (cómo lo vive el sujeto) y no categoriales (simple lista de características al que cualquier persona puede tener acceso y abusar de los diagnósticos). El negocio de la psiquiatría con las farmacéuticas nadie lo niega, pero también recordemos la angustia que se vive al no poder nombrar el sufrimiento interno, y para muchos pacientes ese simple hecho ya es un alivio.
Obviamente, un material como este debe de mantenerse siempre
sujeto a críticas y modificaciones para no perder su vigencia. Sin embargo, debido
a la naturaleza del mismo, las criticas se deben hacer en el mismo canal, es
decir, fundamentadas con evidencia científica y no basándose en las
suposiciones de unos cuantos psicoanalistas…
Hola Oscar. Comparto tu opinión, las criticas deben ser fundamentadas bajo los estrictos estándares científicos. Saludos!
tengo la version anterior del DSM-IV y se me hace interesante conocer el nuevo…
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