Habitualmente las sesiones de psicoterapia se programan con una periodicidad semanal, posiblemente atendiendo a cuestiones prácticas, a la necesidad de disponer de un tiempo entre sesiones para la realización de tareas, o –en ocasiones- por mera convención. Pero, ¿cuál es la dosis “óptima” de psicoterapia? Está claro que si estuviéramos hablando de un medicamento preguntaríamos a nuestro doctor por el número de píldoras o cucharadas de jarabe que hemos de tomar, la frecuencia con que debemos hacerlo y el tiempo durante el que tenemos que seguir el tratamiento.
Está claro también que la psicoterapia es algo muy distinto de este ejemplo; pero aún así es sorprendente que existan tan pocos estudios que aborden la cuestión de qué cantidad, frecuencia e intensidad de tratamiento psicológico resulta más efectiva. En una investigación publicada en el Journal of Affective Disorders, Cuijpers y cols. (2013) han apuntado a esta laguna en la investigación, señalando que:
Mientras en la actualidad se presta mucha atención a evaluar la eficacia de nuevas intervenciones (p. ej. técnicas de la “tercera ola”) en la investigación sobre depresión, se da menos atención a la evaluación de las formas de mejorar la eficacia de los métodos ya establecidos, por ejemplo, manipulando experimentalmente la manera en que se administra el tratamiento, en lo referente a la frecuencia, número y duración de las sesiones”.
Para tratar de arrojar luz sobre este tema, Cuijpers y cols. (2013) han llevado a cabo un meta-análisis sobre 70 estudios en los que se comparaban grupos de pacientes adultos que habían recibido distintos tipos de psicoterapia individual contra la depresión con grupos de pacientes que actuaban como controles. En total, tales estudios comprendían a 5403 personas (2968 en las condiciones de psicoterapia y 2435 en las de control). En ellos se incluían 92 condiciones de psicoterapia, ya que en algunos estudios se contaba con varias condiciones de terapia. El número de sesiones de psicoterapia iba desde 3 a 24, con una media de 11,79; la duración de los tratamientos estaba en un rango de 3 a 36 semanas, siendo la media igual a 11,23; el tiempo total de contacto entre terapeuta y paciente variaba de las 2,5 a las 20 horas, con una media de 10,05 horas; y en la mayoría de las intervenciones se llevaba a cabo una sesión a la semana.
Termina de leer el artículo y conoce las conclusiones de esta investigación en Psy’n’thesis