Ana Soteras escribe para EFE salud:
Para estudiar cómo incide el sueño en nuestro metabolismo, el equipo de Marta Garaulet ha analizado el tejido adiposo humano, la grasa, que cultivan en una placa y observan como varía el ritmo de la insulina a lo largo del día y la noche. La insulina es una hormona que interviene en los procesos metabólicos y, principalmente, en el metabolismo de los carbohidratos.
“Un ritmo diario amplio, que sube y baja, es un ritmo saludable y se asocia a menos obesidad y más salud. Pero hemos observado que ese ritmo se aplana, disminuye, se estropea al dormir poco o cuando nos acostamos muy tarde ”, apunta Garaulet quien concluye: “Aquellos que duermen 9 horas tienen el ritmo de insulina con más amplitud, más saludable que los que duermen menos horas”, lo que a la larga puede influir en que se tenga menos propensión a sufrir diabetes.
Por tanto, la corta duración del sueño se asocia con un mal ritmo circadiano y con problemas metabólicos y propensión a la obesidad, afirma la investigadora.
“Esta conclusión también la vimos en el estudio europeo HELENA con 3.200 niños y adolescentes, de los que 1.300 dormían menos de 7 horas y presentaban mayor grado de obesidad”, apunta.
También en el estudio OnTime Junior, que promueve la Universidad de Murcia con una muestra de 432 niños de la región, se observa el sueño de los menores mediante unos relojes que miden los ritmos, posición, temperatura y exposición a la luz.
El sueño es uno de los factores más importantes para el bienestar de las personas. Los investigadores de diferentes partes del mundo están muy preocupados por el descenso de las horas de sueño que está sufriendo la población.