Nuestro desempeño académico depende de muchos factores: la forma en que nos enseñan, nuestras necesidades específicas y cómo se satisfacen, nuestras familias y el contexto socioeconómico en que estamos inmersos, por ejemplo. Las brechas con respecto a lo logros pueden comenzar muy temprano.
Un factor que podría afectar el desempeño y que ha sido explorado muy poco es el disfrute al estar en la escuela. Con el objetivo de explorarlo, un equipo de investigación utilizó los datos del estudio longitudinal de parentalidad y niñez de Avon, que ha estado siguiendo familias desde 1991.
¿Cómo se realizó el estudio?
Se contó con datos de 3,372 participantes. A los 6 años de edad se indagaba que tanto les gustaba la escuela; 6 meses después debían responder preguntas de seguimiento sobre su disfrute. Se midieron los logros educativos a través de resultados de los exámenes a la edad de 16 años y el equipo también recolectó otros datos como el sexo, el mes de nacimiento y el año escolar, la etnia, la habilidad cognitiva a los 8 años, educación materna y posición socioeconómica de los padres.
Las madres que participaron también reportaron si a sus hijas e hijos les gustaban los docentes a la edad de 6 años. Y las niñas y niños reportaban su temperamento al contestar preguntas sobre cuán felices o enojados estaban.
Al cumplir 8 años, respondieron preguntas sobre su seguridad en cuanto al trabajo que realizaban y a su inteligencia, además de su satisfacción en relación a cantidad de amistades que tenían y la calidad de esas relaciones. Por último, se observó el ambiente de aprendizaje en el hogar preguntando cómo las familias les enseñaban los colores, el lenguaje, los números, las canciones, las formas y los tamaños.
¿Qué observaron?
No hubo relación entre el disfrute de la escuela y el estatus socioeconómico de la familia. Los niños y niñas con mayores habilidades cognitivas tendían a disfrutar la escuela más y las niñas eran más propensas a decir que disfrutaban la escuela que los niños.
Había una fuerte relación entre la opinión que el estudiante tenía del docente y el grado en que disfrutaba la escuela: cuando las madres reportaban que al estudiante le gustaba su maestra/o, la probabilidad de que disfrutara la escuela era 9 veces mayor. De manera similar, tener confianza en su trabajo también aumentaba el disfrute.
La medida en que los estudiantes disfrutaban la escuela no solo tenía un impacto a corto plazo. Aquellos que disfrutaron de la escuela a los seis años obtuvieron un promedio de 14,4 puntos más en GCSE (certificado general de educación secundaria del Reino Unido), una diferencia de dos grados, incluso cuando los investigadores habían controlado otros factores relacionados con el rendimiento educativo como la capacidad cognitiva y el nivel socioeconómico familiar. También tenían un 29% más de probabilidades de obtener cinco o más calificaciones entre A y C, incluidas las calificaciones de matemáticas e inglés tan cruciales para el empleo. De hecho, el disfrute de la escuela a los seis años fue un predictor del rendimiento educativo a los 16 años casi tan fuerte como otros factores (sexo y el nivel socioeconómico).
Puede parecer obvio que el disfrute de la escuela tenga un impacto en las calificaciones. Pero es sorprendente que el disfrute a los seis años pueda afectar las notas de los 16, particularmente cuando se considera su importancia relativa junto con factores como el género y la capacidad cognitiva.
Los resultados también parecen prometedores para posibles intervenciones. El disfrute puede ser más susceptible de modificación que otros factores, como el socioeconómico. El diseño de intervenciones enfocadas en el disfrute de la escuela y la promoción de sentimientos agradables hacia la escuela, por lo tanto, podría tener un impacto significativo en el rendimiento durante muchos años en el futuro.
Limitaciones
Algunas de las limitaciones nombradas por el equipo de investigación fueron:
- El cohorte utilizado no provee una muestra representativa de la población estudiantil del Reino Unido.
- Las asociaciones se estiman a partir de datos de observación y, por lo tanto, pueden surgir debido a factores de confusión adicionales entre el disfrute escolar y el rendimiento educativo que no fueron controlados.
- Debido a que condicionamos los análisis a medidas de capacidad cognitiva, confianza en el trabajo e inteligencia, y grupos de amistad que se recopilaron a los 8 años, después de los datos de disfrute escolar, es posible que esto haya inducido un sesgo de colisión en los resultados.
- Las medidas en que los niños y niñas se sentían contentos con sus docentes eran reportada por las madres y podrían no reflejar tan precisamente la actitud del estudiante hacia el docente.
El equipo señala que los resultados no deben tomarse como una forma definitiva de abordar la desigualdad en la educación, un tema que es claramente complejo y de múltiples niveles. La investigación futura también podría explorar por qué los niños y niñas disfrutan o no de la escuela y cómo esto interactúa con factores sociales externos. Sin embargo, pensar detenidamente en el disfrute podría ser una pieza en el rompecabezas del logro académico.
Referencia del estudio: Morris, T.T., Dorling, D., Davies, N.M. et al. Associations between school enjoyment at age 6 and later educational achievement: evidence from a UK cohort study. npj Sci. Learn. 6, 18 (2021). https://doi.org/10.1038/s41539-021-00092-w
Fuente: BPS