Es fácil, incluso para los terapeutas, caer en el vicio de dar consejos o intentar refutar ideas cuando los consultantes responden con un “sí, pero…”. Hay ocasiones muy puntuales en donde una breve recomendación o una explicación clínica pueden ser beneficiosas. Pero si la terapia se convierte en un patrón de refutación teórica, entonces será de poco provecho para los consultantes y lo más probable es que abandonen rápidamente.
Una alternativa más útil para la conversación clínica es la de usar los principios del viejo y conocido diálogo socrático. Un método de conversación que ofrece dos beneficios claros para la terapia: (1) permite a los consultantes verbalizar sus propias ideas y compararlas con los objetivos que quieren lograr en la terapia; y (2) evita que los terapeutas hablen excesivamente y los ayuda a construir preguntas útiles que le den un espacio a los consultantes para procesar sus ideas y compararlas con sus acciones y objetivos.
En este video Christine Padesky (doctora en psicología, entrenadora en terapia cognitiva conductual y autora del libro Mind Over Mood) explica rápidamente cómo utilizar este método y lo divide en cuatro fases:
- Fase 1: Haz preguntas informativas. Para obtener información sobre su experiencia y entender mejor su situación resulta muy útil usar preguntas de tipo: ¿quién?, ¿qué?, ¿cuándo?, ¿dónde?, ¿por qué?, ¿durante cuánto tiempo?, etc.
- Fase 2: Escucha empática. Es sumamente importante que el terapeuta pueda escuchar empáticamente las respuestas que ofrece el consultante a cada una de las preguntas que hizo el terapeuta en la primera fase y que sean congruentes con los objetivos de la sesión. Al ser preguntas específicas se corre el riesgo de que la terapeuta pregunte cómo robot. Se debe estar muy atento a eso y preguntar con genuino interés y empatía.
- Fase 3: Síntesis. A menudo los consultantes olvidan las respuestas que ofrecen o no hacen conexiones sobre las respuestas que dan. Los terapeutas también pueden olvidar o pasar por alto observaciones importantes que los consultantes ofrecen en sus respuestas. Al sintetizarlas se reducen esos sesgos y se ayuda a establecer claramente cuales son los puntos centrales. Es muy importante que todo esté escrito en las palabras de los consultantes y mejor aun si pueden estar escritas a mano por ellos mismos. De esta manera es posible tomar contacto con las emociones que surgen al expresar sus ideas. Usualmente se suele utilizar lápiz y papel en las sesiones o un pequeño tablero. Pero también está la opción de los medios digitales para escribir. Si la terapia es online, recomiendo usar Google Docs porque permite escribir colaborativamente y el consultante puede escribir en vivo, desde cualquier navegador web (puedes ver este video para aprender a usarlo).
- Fase 4: Preguntas analíticas y de síntesis. Este tipo de preguntas ayudan a los consultantes a unir varios conceptos u observaciones para ver cómo funcionan. Es como armar una imagen con distintos bloques de Legos. Padesky en su manual (que puedes descargar aquí en formato PDF), recomienda hacer algunas preguntas cómo:
- Al leer este resumen, ¿puedes pensar en cómo encajan estas ideas?
- ¿Cómo encajan estas observaciones que ha hecho con tu creencia de que …?
- ¿Qué notaste acerca de tu ansiedad en este experimento de aproximación?
- ¿Qué vínculos ves entre tus pensamientos y estados de ánimo?
El video y los recursos de Padesky me parecen muy útiles tanto para los terapeutas que inician su carrera como para aquellos con años de experiencia que necesitan refrescar el abordaje dentro de sus sesiones.
Puedes encontrar más recursos clínicos en su página web: Padeksy.com