Muchas personas experimentan cambios drásticos en su desempeño cognitivo después de llevar un tratamiento de quimioterapia para combatir el cáncer, específicamente en las regiones asociadas con la memoria, la concentración y la interpretación del mundo. Las mujeres con cáncer de mama fueron las primeras en reportar este tipo de anomalidad relacionada con su tratamiento oncológico, un fenómeno que pasó a denominarse quimiocerebro como alternativa a lo que generalmente se llamaría deterioro cognitivo.
De acuerdo con el Centro de Investigación para el Cáncer de Reino Unido, los síntomas de afección cognitiva más representativos que declaran vivenciar las personas después de un tratamiento de quimioterapia y que, por ende, comprenden la definición de quimiocerebro, son:
- Pérdida de la memoria (olvido de cosas que el sujeto normalmente recordaría)
- Dificultad para pensar en una palabra correcta para un objeto en particular
- Dificultad para seguir el flujo de una conversación
- Problemas de concentración
- Dificultad para hacer más de una cosa a la vez
- Una mayor dificultad para hacer cosas que la persona solía hacer fácilmente con anterioridad
- Fatiga, cansancio o falta de energía
- Confusión
Hace cinco años, Reuters publicó un artículo con referencia a una investigación realizada por científicos holandeses según la cual los efectos de la quimioterapia en el desempeño cognitivo de las mujeres que habían llevado con éxito un tratamiento para el cáncer de mama podían durar más de 20 años después del mismo, lo cual se traduce en un deterioro a muy largo plazo de la memoria y una dificultad para elaborar juicios mentales coherentes.
En esta ocasión, los investigadores no pudieron demostrar el origen exacto de estos cambios, culpar al proceso de la quimioterapia en sí o la acción de los medicamentos, aunque sí fueron extraídas varias hipótesis, entre ellas un efecto “aniquilador de células cerebrales” que posiblemente realizarían las drogas utilizadas en el tratamiento del cáncer, si bien no afectaría por igual a todas las personas y, de hecho, algunas ni siquiera notarían la diferencia.
Esta hipótesis, aunque válida, no terminaba de arrojar suficiente luz sobre un tema que podía estar cambiando forzosamente la calidad de vida de miles de personas sobrevivientes de cáncer, y puede que aún no exista una explicación lo suficientemente concreta, sin embargo, el camino se va esclareciendo cada vez más.
Quimiocerebro: ¿efecto de las drogas o del estrés?
“esto sugiere que el deterioro cognitivo podría ocurrir debido al estrés inherente del proceso de quimioterapia, como la pérdida de cabello, la ansiedad por anticipación o el miedo a la muerte”
Recientemente, un estudio realizado por científicos de la Universidad Nacional de Chungnam (Corea del Sur) con pacientes de cáncer de mama sometidos a quimioterapia ha permitido llegar a conclusiones interesantes que podrían conducir a un mejor entendimiento general del quimiocerebro, sus causas y métodos efectivos de intervención terapéutica.
El estudio, liderado por Mi Sook Jung, consistió en exploraciones cerebrales y pruebas neuropsicológicas a personas con cáncer de mama y otros pacientes en condición similar que no estaban sometidos a quimioterapia. En total, participaron en la investigación:
- 28 mujeres que habían tenido una cirugía para el cáncer de mama y estaban a la espera de iniciar el tratamiento de quimioterapia
- 34 mujeres con cáncer de mama de similar gravedad, también después de la cirugía, que no estaban a la espera de tratamiento
- 30 sujetos de control coetáneos y de perfil similar (edad promedio de 52 años, mujeres blancas y con un alto nivel de educación).
Todas las participantes realizaron pruebas de memoria de trabajo verbal mientras sus cerebros eran escaneados. Las primeras pruebas se completaron antes de que el grupo de quimioterapia iniciara el tratamiento, la segunda prueba se realizó aproximadamente un mes después de la primera y la tercera prueba se dio 12 meses después (es decir, 7 meses después de la quimioterapia).
Los escaneos cerebrales de todas las participantes fueron analizados en relación con su desempeño cognitivo durante las pruebas, pero también se tomó en cuenta los autoreportes realizados por las pacientes con referencia a sus síntomas de cáncer o estrés psicológico.
En términos generales, se encontró que las pacientes sometidas a quimioterapia mostraban un peor desempeño memorístico y un rendimiento más bajo a lo largo del año, mientras que las otras pacientes (no sometidas a quimio) y los grupos de control saludables obtuvieron resultados positivos. Además, las pacientes que llevaban un tratamiento de quimioterapia mostraron signos de ineficiencia cerebral en la región frontal mientras completaban pruebas de memoria.
En cuanto al autoreporte de problemas cognitivos o estrés psicológico en la vida diaria, los investigadores pudieron concluir que a mayor angustia o ansiedad y empeoramiento de los síntomas del cáncer, las pacientes declaraban experimentar también más dificultades en su vida cotidiana asociadas con el deterioro cognitivo o quimiocerebro, como problemas de memoria.
Para los investigadores, esto podría ocurrir probablemente debido a las situaciones de estrés inherente que encierra el proceso de quimioterapia, como la pérdida de cabello, la ansiedad por anticipación o el miedo a la muerte. Esto tiene sentido para los científicos debido a que las pacientes realmente mostraron algunos signos de alteración cerebral antes del comienzo de su tratamiento.
No obstante, la quimioterapia en sí continúa siendo asociada con un mayor riesgo de afectación cerebral debido a niveles superiores de angustia psicológica, lo cual, piensan los investigadores, agravaría el deterioro cognitivo que puede ocurrir durante la terapia independientemente de las condiciones.
Si bien este es un estudio a pequeña escala, sugiere puntos extremadamente relevantes que podrían ser la línea de partida para investigaciones más profundas que ayuden a mejorar la calidad de vida de personas en tratamiento de quimioterapia así como sobrevivientes de la enfermedad.
Los científicos aún trabajan para identificar los mecanismos biológicos a través de los cuales la quimioterapia altera la función neuronal, entre ellos, la predisposición genética.
Fuente: Research Digest; Springer Link