Los síntomas del mal de Parkinson son ampliamente reconocidos: temblores, rigidez muscular, bradicinesia (lentitud en la ejecución de movimientos), inestabilidad postural, alteraciones en la marcha, cambios en la caligrafía, reducción de la expresión facial, modificación en la voz, dificultades para la deglución y trastornos del sueño.
A lo largo de numerosos años, los investigadores han centrado sus esfuerzos en identificar la región cerebral de origen de todos estos síntomas. No obstante, un nuevo estudio recientemente publicado en la revista Neuron y dirigido por el Dr. David Sulzer, aporta una nueva perspectiva al sugerir que un ataque inmunológico podría estar involucrado en la génesis de cambios gastrointestinales relacionados con el Parkinson.
La teoría de que el mal de Parkinson inicia en el intestino no es novedosa y fue propuesta hace dos décadas cuando se descubrió que una proteína denominada alfa-sinucleína se pliega incorrectamente dentro de las neuronas, llevándolas al deterioro. En este contexto, la investigación reciente ha revelado que fracciones diminutas de esta proteína mal plegada también pueden emerger en la superficie de las neuronas, volviéndolas más susceptibles a los embates del sistema inmunológico.
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Sulzer explica que la sangre de los individuos aquejados de Parkinson contiene células inmunológicas que están predispuestas a atacar las neuronas, sin embargo, no se sabe dónde ni cuando se preparan.
El intestino era una posibilidad intrigante porque contiene las mismas neuronas y porque la mayoría de los pacientes con Parkinson experimentan estreñimiento años antes de que surjan los síntomas cerebrales y se diagnostique la enfermedad.
Poniendo a prueba la hipótesis
Para determinar si una reacción inmunología a la alfa-sinucleína puede desencadenar el mal de Parkinson los investigadores crearon un ratón capaz de mostrar fragmentos de la proteína mal plegada en la superficie celular. Esto fue necesario porque los ratones no tienen esta capacidad. Luego inyectaron la proteína en los roedores y observaron qué sucedía en el cerebro y en el intestino.
A pesar de que los investigadores no identificaron indicios que se asemejaran a la enfermedad de Parkinson en el cerebro, si observaron un ataque inmunológico dirigido a las neuronas intestinales que generaba estreñimiento y otros efectos gastrointestinales semanales a los que se advierten en la mayoría de los pacientes con Parkinson años antes de recibir el diagnóstico de enfermedad.
“Esto demuestra que una reacción autoinmine puede desencadenar algo parecido a las fases iniciales del Parkinson, lo cual respalda fuertemente la idea de que el Parkinson es en parte una enfermedad autoinmune”, dice Sulzer.
Todavía falta investigación
Sin embargo, todos estos datos siguen siendo preliminares, ya que el papel. Preciso del sistema inmunológico en el desarrollo del mal de Parkinson en el cerebro aún no está completamente esclarecido. Para abordar esta pregunta, los investigadores están examinando por qué los ratones no presentaron signos de Parkinson.
Los investigadores creen que las células inmunológicas de los ratones no lograron penetrar el cerebro debido a la relativa juventud de los roedores y a que la barrera hematoencefálica aún no había sufrido el debilitamiento necesario para permitir el paso de estas células. Acelerar el proceso de envejecimiento de los ratones podría potencialmente inducir la aparición de síntomas cerebrales.
Por lo tanto, el próximo paso que los investigadores planean dar consiste en desarrollar un modelo del mal de Parkinson en los ratones. Esto les permitirá examinar y poner a prueba más a fondo los hallazgos recientes en un contexto en el que los sistemas cerebrales se manifiesten y puedan ser estudiados de manera más directa.
Referencia: 1. Francesca Garretti, Connor Monahan, Nicholas Sloan, Jamie Bergen, Sanjid Shahriar, Seon Woo Kim, Alessandro Sette, Tyler Cutforth, Ellen Kanter, Dritan Agalliu, David Sulzer. Interaction of an α-synuclein epitope with HLA-DRB1∗15:01 triggers enteric features in mice reminiscent of prodromal Parkinson’s disease. Neuron, 2023; DOI: 10.1016/j.neuron.2023.07.015