Las personas con ansiedad social muestran signos visibles de incomodidad durante las tareas sociales. Sin embargo, no tuvo impacto en el rendimiento de las personas en cuanto a la fluidez verbal, expresión verbal o adecuación del contacto visual (Thompson et al., 2019).
El trastorno de ansiedad social (TAS) usualmente emerge en la niñez tardía o adolescencia temprana y puede continuar en la adultez si no se trata. La persona siente un miedo persistente a ser avergonzado en situaciones sociales y puede ser limitante para los niños en cuanto a las relaciones que son capaces de formar, su desempeño académico y su bienestar en general.
Thompson y sus colegas discuten la posibilidad de que la ansiedad social pueda afectar ciertas dimensiones del comportamiento social, pero no otras. “Hay alguna evidencia de que la ansiedad social puede exacerbar selectivamente los signos de ansiedad observables, pero tiene poco impacto en la ‘calidad’ del rendimiento (por ejemplo, factores centrales para una comunicación efectiva).”
Para evaluar esta idea, se realizó un estudio en el que participaron 93 estudiantes universitarios con una edad promedio de 25 años. En general, la muestra tuvo un puntaje promedio de 20 en la Escala de Fobia Social, que estaba por encima del promedio para estudiantes universitarios típicos pero por debajo del promedio para personas con TAS.
Los participantes completaron dos tareas sociales en orden aleatorio. En la tarea de discurso, se les dio a los estudiantes 3 minutos para preparar un discurso que luego presentaron frente a una audiencia de 3 confederados. En la tarea de interacción, se presentó a los estudiantes a un confederado del sexo opuesto y se les indicó que aprendieran todo lo que pudieran sobre el extraño en 3 minutos. Se les dijo a los participantes que hicieran preguntas y a los confederados que les dieran respuestas mínimas.
Los estudiantes completaron una evaluación de estado de ansiedad directamente antes de cada tarea (para evaluar la ansiedad anticipatoria) e inmediatamente después de cada tarea (para evaluar la ansiedad experimentada durante la tarea). Además, fueron calificados por los confederados después de cada tarea, de acuerdo con la Escala de Calificación de Desempeño Social, que calificó la incomodidad conductual de los estudiantes, el uso del contacto visual, la calidad de la voz, la duración del discurso y, para la tarea de interacción, la fluidez/flujo verbal.
Los resultados mostraron que, tanto para las tareas de conversación como de interacción, los puntajes de ansiedad social predijeron calificaciones más altas de incomodidad conductual para los observadores, como inquietud o temblor. Sin embargo, la ansiedad social no se asoció con ninguna otra dimensión de la Escala de Calificación de Desempeño Social, como la expresión verbal o la fluidez.
Si bien los investigadores reconocen que la falta de impacto en el rendimiento es sorprendente, comparten varias explicaciones posibles para esto. Una sugerencia es que la tendencia de las personas con ansiedad social a utilizar estrategias de afrontamiento, como sonreír cortésmente y evitar interrumpir a otros, puede compensar los efectos adversos de la ansiedad en el desempeño social. Los autores expresan que estas especulaciones necesitan más estudio.
“Las técnicas que ayudan al individuo a reconocer su uso de comportamientos ansiosos (por ejemplo, aclarar la garganta, inquietud) y practicar la eliminación de estos en un ambiente seguro pueden ser especialmente beneficiosos. Si tienen éxito, estas técnicas pueden producir resultados más exitosos en situaciones donde los signos reducidos de ansiedad podrían considerarse favorables, como entrevistas de trabajo o presentaciones,” señalan finalmente los autores.
Referencia bibliográfica:
Thompson, T., Van Zalk, N., Marshall, C., Sargeant, M., & Stubbs, B. (2019). Social anxiety increases visible anxiety signs during social encounters but does not impair performance. En BMC Psychology (Vol. 7, Número 1). https://doi.org/10.1186/s40359-019-0300-5
Fuente: Psypost