Los síntomas de la depresión postparto, entre los cuales se incluye la pérdida de apetito, la irritabilidad y el distanciamiento de los amigos y familiares, podrían corresponder a una forma distinta y única de depresión, de acuerdo con un estudio neurobiológico publicado por “Trends in Neurosciences”.
La investigación abarcó la observación de la actividad y cambios neuronales en mujeres con síntomas de depresión postparto; más adelante, se estableció una comparación con la actividad cerebral de personas diagnosticadas con depresión mayor que no habían tenido hijos.
La evidencia indica que los patrones neuronales de las mujeres con depresión postparto son diferentes a los de pacientes con depresión mayor. Una de estas características distintivas es que la amígdala (que usualmente se muestra hiperactiva en personas con ansiedad y depresión) se observa menos activa en mujeres con depresión postparto.
resulta impactante la escasa investigación disponible en torno a la depresión postparto, tomando en cuenta que entre el 10 y 20 por ciento de las mujeres desarrolla esta condición
Hallazgos anteriores sugieren que los desórdenes del estado de ánimo que afectan a las mujeres luego de dar a luz no solo las afectan a ellas sino también a los recién nacidos. Las madres con depresión o ansiedad postparto son más propensas a emplear el castigo físico con sus hijos, lo cual puede dificultar la creación de un vínculo materno filial sano y robusto.
A largo plazo, la depresión y la ansiedad que experimentan algunas madres podría afectar gravemente la salud de los recién nacidos y repercutir en su crecimiento. De hecho, los hijos de madres con depresión tienden a enfermarse más y requerir con más frecuencia y carácter de urgencia los servicios de salud.
A pesar de esto (y de lo común de la condición), la depresión postparto se enlista en el Manual Diagnóstico y Estadístico de Trastornos Mentales (DSM-5) como “depresión perinatal”, una extensión del trastorno de depresión mayor.
La ansiedad postparto, por otro lado, ni siquiera se incluye en el DSM-5, ya que se considera un síntoma prevalente de la depresión postparto.
Para la neurocientífica y co-autora del estudio, Jodi Pawluski de la Universidad de Rennes, resulta impactante la escasa investigación que se ha realizado en torno a la depresión postparto, tomando en cuenta que entre el 10 y 20 por ciento de las mujeres durante y después del embarazo desarrolla esta condición.
Sumando esto a las repercusiones que la depresión puede tener en los recién nacidos durante su crecimiento inicial, es evidente que la profundización científica es necesaria para entender mejor la complejidad del proceso de maternidad y definir cómo puede este influir en el desarrollo de trastornos mentales en las mujeres.
“Si podemos mejorar la salud y el bienestar de la madre, podemos mejorar la salud y el bienestar de los niños y sus familias“, dice Pawluski.
Fuente: Psypost | Trends in Neurosciences