La depresión en adultos durante mucho tiempo se ha asociado con la reducción del hipocampo, una región del cerebro que desempeña un papel importante en la memoria y la respuesta al estrés. Ahora, una nueva investigación de la Universidad de Washington en St. Louis ha vinculado la participación en deportes de equipo durante la infancia con un riesgo reducido de depresión en niños de 9 a 11 años.
Las relaciones fueron particularmente sólidas para los niños que participan en deportes que involucran una estructura, como un equipo escolar, una liga no escolar o lecciones regulares, en comparación con la participación más informal en deportes.
Los hallazgos plantean la posibilidad intrigante de que hay un beneficio adicional para el equipo o un componente estructurado de los deportes, como la interacción social o la regularidad que brindan estas actividades.
El estudio se basa en una muestra nacional (Estados Unidos) de 4,191 niños de 9 a 11 años del estudio sobre el desarrollo cerebral y cognitivo del adolescente. Los padres proporcionaron información sobre la participación de sus hijos en deportes y otras actividades y sobre los síntomas depresivos. Las exploraciones cerebrales de los niños proporcionaron datos sobre su volumen hipocampal bilateral.
Si bien otros estudios han demostrado el impacto positivo del ejercicio sobre la depresión y el vínculo con el volumen del hipocampo en adultos, este estudio es uno de los primeros en demostrar que la participación en deportes de equipo puede tener efectos antidepresivos similares en niños preadolescentes.
Los autores de la investigación, publicada en Biological Psychiatry: Cognitive Neuroscience and Neuroimaging, incluyen a Terry Jernigan, un neuropsicólogo de la Universidad de California en San Diego; y Jim Hudziak, jefe de psiquiatría infantil de la Universidad de Vermont.
El estudio también incluyó la participación protagónica de Lisa Gorham, capitana de los equipos de atletismo en pista y pista cubierta de la Universidad de Washington en St. Louis. Se espera que Gorham continúe su investigación luego de graduarse (este año) a través de los Institutos Nacionales de la Salud (NIH) de los Estados Unidos.
“Muchos estudios han encontrado que el ejercicio puede ser bueno para tratar y prevenir la depresión y que afecta el volumen del hipocampo, pero no ha habido muchos estudios que analicen el volumen del hipocampo en los niños”, dijo Gorham, estudiante de último año en neurociencia cognitiva (Artes y Ciencias) en una entrevista con la Washington University. “Ha sido realmente emocionante combinar mi experiencia anecdótica con la ciencia real. Es como, ‘Oh, wow, esta cosa que amo hacer está teniendo un impacto real en mi cerebro”.
Resultados distintos para las niñas
Los resultados indicaron que había una asociación entre la participación deportiva y el volumen del hipocampo en las niñas, pero a diferencia de los niños, no hubo asociación adicional con la depresión. Esto podría significar que diferentes factores contribuyen a la depresión en las niñas, o que puede surgir una asociación más fuerte con la participación en los deportes en un período de desarrollo posterior para las niñas.
Es importante tener en cuenta, escribieron Barch y Gorham, que estos resultados son correlacionales, no causales. Podría ser que participar en deportes lleve a un aumento en el volumen del hipocampo y a una disminución de la depresión, o podría ser que los niños que están más deprimidos tienen menos probabilidades de participar en deportes y también tienen un volumen menor en el hipocampo. Cualquiera de los dos escenarios podría tener implicaciones importantes para entender la depresión infantil.
Confirmar el impacto de los deportes de equipo en el desarrollo del cerebro y el estado de ánimo brindaría un fuerte apoyo para alentar a los niños a participar en deportes estructurados que brinden tanto ejercicio como interacción social.
Referencia del estudio original: Lisa S. Gorham, Terry Jernigan, Jim Hudziak, Deanna M. Barch. Involvement in Sports, Hippocampal Volume, and Depressive Symptoms in Children. Biological Psychiatry: Cognitive Neuroscience and Neuroimaging, 2019; DOI: 10.1016/j.bpsc.2019.01.011
Fuente: Science Daily