Una investigación de la Escuela de Medicina de la Universidad de Case Western Reserve, ha encontrado que los resultados del tratamiento de la adicción a drogas y alcohol en adolescentes, mejoraron cuando estos además dejaron de fumar. Los hallazgos tienen implicaciones importantes para el éxito en el tratamiento de la adicción, ya que hasta tres de cada cuatro personas con tales trastornos son fumadores (75%), una proporción significativamente mayor que la tasa nacional de tabaquismo de uno de cada cuatro estadounidenses (25%).
Un 75% de las personas que poseen alguna adicción a drogas o alcohol fuman, en comparación con el 25% de la población que no padece ninguna OTRA adicción.
El estudio encontró que los adolescentes que dejaron de fumar tuvieron menores antojos de alcohol y drogas, realizando dentro del tratamiento las mismas actividades que sus compañeros que fumaron. Estos últimos fueron dados de alta con antojos significativamente más altos de alcohol y drogas, un factor que se sabe aumenta los riesgos de recaídas.
María Pagano PhD, profesora asociada en el departamento de psiquiatría en Case Western Reserve University School of Medicine, y autora principal del estudio, afirmó:
“Nuestros resultados sugieren que dejar de fumar se asocia con la disminución de los antojos de drogas y alcohol. (…) Sin embargo, las actividades de dejar de fumar no suelen incluirse en los programas de drogas y alcohol debido a las preocupaciones sobre la sobrecarga. La preocupación es que la adicción a las drogas y el alcohol ya es un desafío en sí mismo, como para tener que dejar de fumar al mismo tiempo. Nuestros resultados sugieren que esta perspectiva puede que tenga que ser modificada.”
Los resultados de la investigación se basan en las evaluaciones a lo largo de dos años de 195 jóvenes, de 14 a 18 años de edad, los cuales fueron referidos a un programa de tratamiento residencial de dos meses de duración.
Aquellos jóvenes que dejaron de fumar, tuvieron menos antojos de drogas y alcohol que quienes no dejaron.
Principalmente por prohibiciones propias del sitio, la mitad de los adolescentes no fumó durante el tratamiento. A su vez, algunos de ellos solicitaron y les fueron dados parches de nicotina. Sin embargo, aclaran los investigadores, el número fue pequeño como para analizar el peso que tuvo esta medida en el resultado de los tratamientos. Cada semana, los clientes pasaban un promedio de 20 horas en actividades terapéuticas en la comunidad local.
Dentro de los resultados, se halló que aquellas personas con trastorno por déficit de atención con hiperactividad (TDAH) no experimentaron tasas de éxito similares al resto de los jóvenes. Estos tenían menos probabilidades de dejar de fumar, lo que tal vez pueda explicar los resultados más pobres en cuanto a los tratamientos por drogas y alcohol.
Una de las razones de los mejores resultados de tratamiento en los clientes que dejaron de fumar, podría ser su mayor participación en las actividades de servicio en las reuniones de 12 pasos, como saludar a los recién llegados en la puerta, guardar sillas y ayudar con el café. La actividad de servicio se asocia con un menor riesgo de recaída y de ir a la cárcel en el año siguiente al tratamiento.
Con respecto a aquellos sujetos con TDAH, Pagano sostuvo que tal vez necesiten aun de mayor cantidad de actividades como esas, que funcionen como distractores de los síntomas de abstinencia a la nicotina.
A su vez, subrayó como importante el hecho de contar con parches de nicotina, para ser ofrecidos con regularidad a los adolescentes. De esta forma, estos parches puede reducir el malestar asociado a la abstinencia de nicotina, incrementando el número de personas que dejan con éxito de fumar, y ayudando a su vez a los tratamientos de adicción a las drogas y al alcohol.
La investigación ha sido publicada en Journal of Substance Abuse Treatment.
Fuente: ScienceDaily