Las drogas psicoactivas son sustancias químicas que alteran las percepciones y el humor. Actúan sobre la sinapsis inhibiendo, estimulando o imitando la actividad de los neurotransmisores. Aunque existen varias formas de categorizar a las drogas psicoactivas, en general se las divide en tres (Myers, 2006):
Sedantes: También conocidos como tranquilizantes, producen una reducción de la actividad corporal y calma de la actividad nerviosa. Generalmente le dan a la gente una sensación relajante, pero pueden tener muchos efectos negativos. Dentro de este grupo encontramos al alcohol (que en pequeñas cantidades también puede actuar como estimulante), los barbitúricos y los narcóticos (Myers, 2006; Rathus, 2007).
Estimulantes: O drogas excitantes, funcionan potenciando la actividad nerviosa de forma temporal, y aumentando el nivel de actividad corporal. Los estimulantes fuertes aumentan el ritmo respiratorio y el cardíaco, además dilatan las pupilas, se elevan la energía y la autoconfianza y disminuye el apetito. Por dichos efectos, suele utilizarse para mantener la vigilia, mejorar el humor, rendir mejor en los deportes y perder peso. Pero todo tiene su precio, al pasarse el efecto del estimulante la persona experimenta un bajón. Ejemplos de estimulantes son la nicotina, la cafeína, las anfetaminas, la cocaína y el éxtasis, que es un derivado de la anfetamina y también puede actuar como alucinógeno (Myers, 2006; Gross, 2005).
Alucinógenos: Distorsionan la percepción y crean imágenes sensoriales sin existir estímulos externos, por esta razón también se las denomina psicodélicas. También pueden causar relajación y placer; por otro lado, también pueden experimentarse sentimientos de pánico. Algunas sustancias de este grupo son naturales, como la marihuana y otras sintéticas como el LSD (Myers, 2006; Rathus, 2007).
Algunos autores incluyen a los opiáceos en una nueva categoría dado que, aunque también deprimen la actividad del SNC, tienen propiedades analgésicas (reducen la sensibilidad al dolor sin pérdida de consciencia). En esta categoría entrarían la morfina (de donde se extrae la heroína) y la metadona, un opiáceo sintético creado para tratar la dependencia psicológica a la heroína y otros opiáceos (Gross, 2005).
Fuentes:
Gross, R. (2005), Psychology, the science of mind and behaviour 5th edition. Hodder Arnold Publication
Myers, D. (2006), Psicología 7ma edición. Editorial Médica Panamericana:Madrid
Rathus, S. (2007), Psychology. Principles in practice. Holt, Rinehart and Winston: U.S.