Bayés (1984) define al placebo como todo tratamiento, parte de un tratamiento o elementos asociados al tratamiento que, sin importar su naturaleza (instrumental, farmacológica, verbal, etc.), son susceptibles, intencionalmente o no, a tener efectos terapéuticos en una persona sin poseer en sí capacidad específica para esto.
Según Campagne (2002), la definición más popular es la de Shapiro y Morris (citados en Campagne, 2002), quienes dicen que se puede llamar placebo a cualquier terapia o elemento de una terapia que es usado por sus efectos psicofisiológicos o psicológicos no específicos, o que se utiliza por un supuesto efecto específico, pero que sin embargo no tiene una acción específica para la condición en tratamiento. Sin embargo, esta definición se ha criticado por que es muy difícil distinguir entre efectos específicos y no específicos.
En la actualidad, el efecto placebo se está convirtiendo en una categoría científica relacionada a efectos no específicos que cubre un campo extenso de fenómenos (el trato del médico, las expectativas del médico y el paciente con respecto al tratamiento, la reputación, los costos, el entorno, etc.). Este efecto es un concepto experimental y científico que no necesariamente se relaciona con sustancias activas, ya se puede observar el efecto placebo cuando se administra un fármaco que no es activo para la condición a tratar. Incluso más interesante es el hecho de que el placebo no se relaciona necesariamente con sustancias no activas o activas: a veces la presencia de mamá puede hacer que la fiebre del niño baje. Es decir, el efecto depende de muchas cosas, como ser el entorno, el individuo, el profesional, etc. (Campagne 2002).
Algunas investigaciones sobre el efecto placebo:
Petrovic y cols. (2002), encontraron un mecanismo neuronal afín entre la analgesia placebo y la analgesia opioide.
Por otro lado, Vase y cols. (2002), realizaron dos metaanálisis sobre pruebas clínicas de analgésicos: en el primero se incluyeron 23 investigaciones que utilizaron solo al placebo como condición de control; en el segundo, se analizaron 14 estudios que investigaban los mecanismos analgésicos del placebo. Ellos encontraron que, en el segundo grupo, la magnitud de los efectos analgésicos del placebo era mayor, comparada con la observada en las investigaciones del primer grupo. Los científicos creen que esto podría explicarse por las diferencias en los niveles esperados de dolor producidos por la sugestión placebo y por el condicionamiento. Sumado a esto, algunos de los estudios sobre los efectos analgésicos del placebo sugirieron que el efecto es mayor cuando se induce por sugestión y condicionamiento combinados, en vez de hacerlo por sugestión o por condicionamiento.
Otro estudio, quiso conocer cómo afectaría el efecto placebo al tratamiento de la cefalea. Contó con 22 participantes que fueron asignados a una de las siguientes condiciones experimentales: i) biofeedback EMG placebo con control interno; ii) biofeedback EMG placebo con control externo; o iii) biofeedback EMG real. Los investigadores observaron que el biofeedback EMG placebo es igual de eficiente que el real cuando se trata de disminuir la frecuencia de las cefaleas (Díaz & Vallejos, 1987).
Un metaanálisis que revisó estudios sobre el efecto placebo y el dolor publicados entre 1967 y 1993, concluyó que dicho efecto tiene una influencia en los resultados de cualquier tratamiento, incluyendo a la cirugía, que el profesional y el paciente crean que es efectivo (Turner y cols., 1994).
Los autores de una investigación que utilizó tomografía por emisión de positrones para estudiar el efecto placebo en pacientes con Parkinson, escriben que encontraron pruebas in vivo de la liberación sustancial de dopamina endógena en el cuerpo estriado de pacientes con Parkinson en respuesta al placebo. Ellos concluyen que sus descubrimientos indican una acción potente de dicho efecto en los pacientes con Parkinson, y que la acción esta mediada por la activación del sistema de vía dopaminérgica nigroestriatal dañada (Fuente-Fernández y cols., 2001).
También se ha observado el efecto placebo en el tratamiento del colon irritable, donde los investigadores concluyen que se pueden conseguir resultados significativos y que la relación profesional-paciente es un componente clave para obtener dichos resultados (Kaptchuk, 2008).
Sin embargo, es importante recordar que el efecto placebo no solo se utiliza para estudiar su capacidad terapéutica, sino que también se incluye en investigaciones sobre pruebas clínicas como base para evaluar si una intervención clínica o determinado fármaco es eficaz o no. Incluso se ha utilizado para conocer cómo responderá una persona a determinado tratamiento para la depresión.
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Referencias bibliográficas:
- Bayes, R. (1984), Análisis del efecto placebo
- Campagne, D. (2002), La gradación del efecto placebo. Un estudio N=1, doble ciego, con belladona homeopática 30C
- Díaz, A., Vallejos, M. (1987), Influencia del placebo en el tratamiento de la cefalea
- Fuente-Fernández, R., Ruth, T., Sossi, V., Schulzer, M., Calne, D. (2001), Expectation and Dopamine Release: Mechanism of the Placebo Effect in Parkinson’s Disease
- Petrovic, P., Kalso, E., Petersson, K., Ingvar, M. (2002), Placebo and Opioid Analgesia– Imaging a Shared Neuronal Network
- Ted J Kaptchuk, T., Kelley, J., Conboy, L., Davis, R., Kerr, C., Jacobson, E., Kirsch I., Schyner, R., Hyun Nam, B., Nguyen, L., Park, M., Rivers, A., McManus, C., Kokkotou, E., Drossman, D., Goldman, P., Lembo, A. (2008), Components of placebo effect: randomised controlled trial in patients with irritable bowel syndrome
- Turner, J., Deyo, R., Loeser, J., Von korff, M., Fordyce, W. (1994), The Importance of Placebo Effects in Pain Treatment and Research
- Vase, L., Riley, J., Price, D. (2002), A comparison of placebo effects in clinical analgesic trials versus studies of placebo analgesia