Si un niño está realizando una tarea que le gusta y nosotros le prometemos además una recompensa por hacerlo, eso solo puede ser doblemente bueno para el niño, ¿no?
No necesariamente, algunas veces las recompensas sobran y pueden costarnos cosas valiosas. Los individuos que ven a las recompensas como motivación para realizar una tarea, pueden perder el interés intrínseco que antes tenían en la misma. A este fenómeno se lo llama efecto de la sobrejustificación, debido a que una actividad que ya esta justificada se ve sobrejustificada por la promesa de una recompensa.
La sobrejustificación puede socavar la motivación intrínseca, es decir el deseo de hacer algo bien solo por placer, desafío, interés o autoexpresión.
Fuente: Myers, D. (2006) Psicología 7ma edición. Editorial Médica Panamericana:Madrid