¿Podrían algunos trastornos neurológicos tener un origen psicológico más que fisiológico? Esta pregunta condujo a Freud a su “descubrimiento” del inconsciente.
Mediante la reconstrucción de los relatos de la vida del paciente, se dio cuenta de que la pérdida de sensibilidad en la mano de una mujer podría deberse al temor a tocarse los genitales; que la ceguera o la sordera podían originarse en el hecho de no querer ver u oír algo que produce una angustia profunda.
Al principio Freud pensó que la hipnosis podría desbloquear la entrada al inconsciente, pero los pacientes demostraron una capacidad desigual para la hipnosis. Luego empezó a trabajar con la asociación libre, es decir, le pedía al paciente que se relajara y contara todo lo que pasara por su mente, sin importarle lo embarazoso y trivial que pudiera ser.
Freud suponía que una serie de hechos psicológicos, al igual que piezas de dominó iban cayendo desde el pasado lejano hasta el angustioso presente. El creyó que con la asociación libre podría trazar una línea hacia el pasado y producir una cadena de pensamientos que lo llevarían hasta el inconsciente del paciente y, de ese modo, recuperar y liberar los recuerdos inconscientes y penosos, a menudo originados en la niñez. Freud denominó psicoanálisis a estas teorías y a las técnicas asociadas.
Fuente: Myers, D. (2006), Psicología 7ma edición, Editorial Médica Panamericana: Madrid
Imagen: OneFromRM (Flickr)