Las personas que se han recuperado de COVID-19 tienden a obtener puntuaciones significativamente más bajas en una prueba de inteligencia en comparación con aquellas que no han contraído el virus, según una nueva investigación. Los hallazgos sugieren que el virus SARS-CoV-2 que causa el COVID-19 puede producir reducciones sustanciales en la capacidad cognitiva, especialmente entre aquellos con enfermedades más graves (Hampshire et al. 2021).
Qué metodología usaron
El equipo de investigación analizó datos de 81.337 participantes que completaron la prueba de inteligencia entre enero y diciembre de 2020. De toda la muestra, 12.689 personas informaron que habían experimentado COVID-19, con diversos grados de gravedad respiratoria.
“La prueba comprendía un conjunto de tareas diseñadas para medir diferentes dimensiones de la capacidad cognitiva que habían sido desarrolladas para su aplicación tanto en la ciencia ciudadana como en la investigación clínica.
Qué encontraron
Después de controlar factores como la edad, el sexo, la mano dominante, el primer idioma, el nivel educativo y otras variables, los investigadores encontraron que aquellos que habían contraído COVID-19 tendían a tener un desempeño inferior en la prueba de inteligencia en comparación con aquellos que no habían contraído el virus. Los mayores déficits se observaron en tareas que requerían razonamiento, planificación y resolución de problemas, lo que está en línea con informes de COVID prolongado, donde son comunes la “niebla mental”, la dificultad para concentrarse y la dificultad para encontrar las palabras correctas, señalaron los investigadores.
Estudios anteriores también han encontrado que una gran proporción de sobrevivientes de COVID-19 se ven afectados por complicaciones neuropsiquiátricas y cognitivas.
El nivel de bajo rendimiento cognitivo también se asoció con el nivel de gravedad de la enfermedad, y aquellos que fueron hospitalizados con un ventilador mostraron los mayores déficits. El déficit observado para los pacientes con COVID-19 a los que se les había puesto un ventilador equivalía a una caída de 7 puntos en el coeficiente intelectual. El déficit fue incluso mayor que los déficits observados en personas que habían sufrido previamente un accidente cerebrovascular y que reportaron problemas de aprendizaje.
Aunque un pequeño subconjunto de 275 participantes completó la prueba de inteligencia tanto antes como después de contraer COVID-19, el estudio empleó principalmente una metodología transversal, lo que limitó la capacidad de sacar conclusiones firmes sobre causa y efecto. Pero la muestra grande y socioeconómicamente diversa permitió a los investigadores controlar una amplia gama de variables potencialmente cofundadoras, incluidas las condiciones preexistentes.
Referencia bibliográfica: Hampshire, A., Trender, W., Chamberlain, S. R., Jolly, A. E., Grant, J. E., Patrick, F., Mazibuko, N., Williams, S. C. R., Barnby, J. M., Hellyer, P., Mehta, M. A. Cognitive deficits in people who have recovered from COVID-19 (2021). E Clinical Medicine. Research Paper Volume 39. The Lancet. DOI:https://doi.org/10.1016/j.eclinm.2021.101044
Fuente: Psypost