Muchas veces decimos mentiras blancas, porque nos parecen inofensivas y hasta saludables, pero un nuevo estudio sugiere que podemos mejorar nuestra salud mental y física, si cortamos con las mentira. La investigación fue presentada por Anita Kelly (Profesora de psicología en la Universidad de Notre Dame) en el Congreso Anual de la APA (Asociación Americana de Psicología) realizado en Orlando
“Hemos encontrado que los participantes que redujeron a propósito sus mentiras en su vida diaria, mejoraron significativamente su salud” sostuvo Kelly
La Investigación
Kelly reclutó 110 adultos, que se encontraban en edades entre los 18 y 71 años y les solicitó a la mitad de la muestra (n: 55) que no mintieran por 10 semanas. Esto incluía las mentiras grandes y chicas y cualquier falso testimonio, pero lo participantes si tenían permitido, hacer ciertas cosas como omitir la verdad, mantener secretos y esquivar las preguntas que ellos no querían responder. En cambio al grupo control sólo se le pidió que reportaran el número de mentiras que habían dicho en la semana. Luego los investigadores le administraron semanalmente a los participantes ciertos tests para detectar las mentiras y cuestionarios para evaluar su salud física y mental, así como también cuestionarios sobre la calidad de sus relaciones.
Los Resultados
Al finalizar el estudio, los investigadores descubrieron que los dos grupos redujeron sus mentiras, pero el grupo al cual se le pidió que no mintieran, mintió menos y mejoró aún más su salud. Por ejemplo, cuando los participantes del grupo no mentir, reportaron menos síntomas mentales: sentimientos de tristeza o estrés, así como también menos quejas físicas: dolor de cabeza y dolor de garganta, cuando dijeron menos de 3 mentiras en la semana. Y Aquellos participantes del grupo control que también dijeron menos mentiras, mostraron menos quejas, pero en mayor cantidad que el grupo de no-mentira. Otro resultado llamativo es que los participantes del grupo de no-mentira, también mejoraron sus relaciones con sus seres queridos y mejoró también sus interacciones sociales.
En una entrevista con la revista TIME, el Dr. Bryan Bruno, Director del departamento de psiquiatría del hospital de Lenox Hill, en Nueva york sostuvo:
“Creo que mentir produce mucho estrés en las personas, lo que contribuye a generar ansiedad y depresión. Mentir menos no solo es bueno para la relaciones, sino también para uno mismo, ya que podemos reconocer el devastador impacto de las mentiras en las relaciones, pero es más difícil que nos demos cuenta hasta qué punto puede causar mucha tensión interna”
Según la investigadora, en promedio, las personas mienten alrededor de 11 veces por semana. Al fin de las 10 semanas de duración del estudio, los participantes del grupo de no mentira, redujeron sus mentiras a 1 por semana. El grupo control también redujo sus mentiras, de 6 a 3 mentiras semanales.
Otro descubrimiento interesante de la investigación fue que los participantes se comprometieron con las tareas y eran honestos sobre sus logros diarios. Por ejemplo: dejaron las excusas a la hora de completar las tareas, y también construyeron estrategias para evitar las mentiras, como responder a las preguntas difíciles con otra pregunta, con el fin de distraer a la persona.
No sé hasta que punto los participantes de la investigación dijeron la verdad, ya que como dice la investigación, muchos aprendieron a esquivar las respuestas que no querían responder. Pero lo que si me pareció interesante es que es el primer estudio que demuestra una correlación entre evitar las mentiras y las repercusiones positivas en la salud y en la calidad de las relaciones interpersonales.
Fuente: Lying Less Linked to Better Health, New Research Finds