Azahara Nieto nos explica en un artículo del diario El País por qué las dietas detox no son necesarias:
- Al ser dietas hipocalóricas pueden provocar fatiga y cansancio.
- No son dietas completas, por lo que si se prolongan en el tiempo provocan carencias nutricionales.
- No son personalizadas. Se venden como válidas para todos los que las puedan pagar y, por supuesto, no tienen en cuenta el estado de salud de cada persona.
- Son dietas totalmente desequilibradas. No se ingiere la proporción adecuada de hidratos de carbono, grasas, ni proteína.
- Tienen un efecto rebote asegurado. Mientras se hace la dieta detox se pierde peso, principalmente porque no hay retención de líquidos, pero lo que no nos dicen es que esos kilos volverán de forma inmediata cuando se retome la alimentación habitual. Vamos, que tras una semana tristísima sin masticar, solo bebiendo batidos verdes colmados de espinacas, kale, apio, espirulina y demás fantasía, a los dos días de dejarlos volverás a pesar lo mismo que antes de empezar el detox.
- Provocan un exceso de oxalatos o de ácido oxálico procedentes de verduras como espinacas, remolacha o acelga. Al consumirlas en gran cantidad, de forma continuada y crudas, dificultan la absorción de minerales tan importantes como el magnesio y el calcio. Además, una ingesta excesiva de oxalatos favorece la formación de piedras en la vesícula. Un consumo normal de estos vegetales no produce ningún problema.
- No fomentan hábitos saludables, pues se usan como un parche para los excesos.
Por lo visto hasta el momento, solo son saludables para el bolsillo de quienes las comercializan, pero bueno, al menos desintoxicarán, ¿no? La realidad es que nuestro cuerpo ya hace esa función por sí mismo, y él solo lo hace frente a sustancias tóxicas como las drogas, el tabaco o el alcohol. El hígado es el órgano principal que lleva a cabo estas funciones, pero también los riñones, los pulmones y la piel. Nuestro cuerpo es tan inteligente que se depura por sí mismo, no necesita de brebajes. Por tanto, esta proclama de su publicidad tampoco la cumple.
El único detox que necesitas es dejar de creer en fórmulas mágicas y en dietas milagro, que solo harán que empeore tu salud y, seguramente también, tu relación con la comida. Si ya tenías una alimentación saludable, ve volviendo a ella de forma amable, sin restricciones, ni compensaciones. Si no era tu forma de alimentarte, ponte en manos de un especialista que tenga en cuenta tu historia clínica, tus gustos, tu forma de vida; en definitiva, un profesional que se adapte a ti. Ese sí que será un buen comienzo de curso, libre de engaños.