Un trabajo conjunto del Instituto de Neurociencia CSIC-UMH, en Alicante, y el Instituto Central de Salud Mental de Mannheim, en Alemania, ha detectado, mediante resonancia magnética, cómo el daño en el cerebro continúa durante las primeras semanas de abstinencia, aunque cese el consumo de alcohol. Estos resultados refutan la creencia actual de que los cambios en el cerebro comienzan a normalizarse inmediatamente después de detener el consumo de alcohol.
Aunque los efectos dañinos del alcohol en el cerebro son ampliamente conocidos, los cambios estructurales observados son muy heterogéneos. Además, faltan marcadores de diagnóstico para caracterizar el daño cerebral inducido por el alcohol, especialmente al comienzo de la abstinencia, un período crítico debido a la alta tasa de recaída que presenta.
Con el consumo de alcohol “hay un cambio generalizado en la materia blanca, es decir, en el conjunto de fibras que comunican diferentes partes del cerebro. Las alteraciones son más intensas en el cuerpo calloso y la fimbria. El cuerpo calloso está relacionado a la comunicación entre ambos hemisferios. La fimbria contiene las fibras nerviosas que comunican el hipocampo, una estructura fundamental para la formación de recuerdos, el núcleo accumbens y la corteza prefrontal “, explica el Dr. Canals del Instituto de Neurociencias CSIC-UMH, quien ha coordinado la investigación. El núcleo accumbens es parte del sistema de recompensa del cerebro y la corteza prefrontal es fundamental en la toma de decisiones.
La investigación muestra que seis semanas después de dejar de beber todavía hay cambios en la materia blanca del cerebro, de acuerdo al estudio de neuroimágenes realizado en noventa pacientes voluntarios internados para su tratamiento de rehabilitación en un hospital alemán, con una edad promedio de 46 años. Para comparar las resonancias magnéticas cerebrales de estos pacientes, se utilizó un grupo control sin problemas de alcohol, compuesto por 36 hombres con una edad promedio de 41 años.
“Un aspecto importante del trabajo es que el grupo de pacientes que participan en nuestra investigación está hospitalizado en un programa de desintoxicación, y se controla su consumo de sustancias adictivas, lo que garantiza que no estén bebiendo alcohol. Por lo tanto, la fase de abstinencia puede ser seguida de cerca “, destaca el Dr. Canals.
Otra característica diferencial de este estudio es que se ha llevado a cabo en paralelo en un modelo con ratas sardas Marchigianas con preferencia por el alcohol, lo que permite monitorear la transición de normal a la dependencia del alcohol en el cerebro, un proceso que no se puede ver en los humanos “, explica el Dr. De Santis.
Los daños observados durante el período de abstinencia afectan principalmente el hemisferio derecho y el área frontal del cerebro y rechazan la idea convencional de que las alteraciones microestructurales comienzan a revertirse a valores normales inmediatamente después de abandonar el consumo de alcohol.
Los investigadores de Alicante y Alemania ahora intentan caracterizar los procesos inflamatorios y degenerativos de forma independiente y más precisa, a fin de investigar la progresión durante la fase de abstinencia temprana en personas con problemas de abuso de alcohol.
Referencia del estudio: Silvia De Santis, Patrick Bach, Laura Pérez-Cervera, Alejandro Cosa-Linan, Georg Weil, Sabine Vollstädt-Klein, Derik Hermann, Falk Kiefer, Peter Kirsch, Roberto Ciccocioppo, Wolfgang H. Sommer, Santiago Canals. Microstructural White Matter Alterations in Men With Alcohol Use Disorder and Rats With Excessive Alcohol Consumption During Early Abstinence. JAMA Psychiatry, 2019; DOI: 10.1001/jamapsychiatry.2019.0318
Fuente: Science Daily
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