Margaret Thatcher, Napoleón Bonaparte, Churchill, Bolívar, Ernesto “Che” Guevara, Lenin, Gandhi, Mandela, han sido grandes líderes de la historia, compartamos o no sus filosofías y praxis. Algunos fueron considerados más justos que otros. Algunos lideraron buscando lo mejor para los demás, otros buscando lo mejor para sí mismos.
Pero, ¿qué hace que un líder abuse del poder que tiene encomendado?
Una nueva investigación sugiere que las personas con niveles más altos de testosterona podrían estar más inclinados a abusar de su poder. El estudio, publicado en Journal of Experimental Psychology: General, encontró que la testosterona alta estaba asociada a un sentimiento de prerrogativa y a una voluntad de explotar a los demás.
Este estudio contó con 206 hombres y mujeres, y encontró que aquellos con niveles más altos de testosterona para su género tendían a ser más narcisistas y corruptos cuando eran puestos en posiciones de poder.
Los investigadores asignaron al azar a los participantes en dos condiciones separadas. En una condición, se les dijo que serían los “jefes” en un grupo de tareas. En la condición de control, se les dijo que todos los miembros del grupo tendrían igual control sobre la tarea.
Las personas con mayores niveles de testosterona en la condición de jefes fueron más propensas a estar de acuerdo con declaraciones como “Insisto en recibir el respeto que se me es debido” y “No hay nada de malo con tomar ocasionalmente el crédito para uno mismo por las ideas de tus subordinados.” Pero esto no sucedía con quienes tenían la testosterona más baja.
“La buena noticia es que las personas con testosterona baja e incluso con testosterona promedio no se convirtieron en narcisistas cuando ganaron poder social, y fueron cerca del 85% de nuestra muestra. Por lo que el poder social tiene los peores efectos cuando llega a las manos de aquellos que lo quieren más y son los más propensos a conseguirlo,” explicó Nicole Lisette Mead, autora del estudio, de la Universidad de Melbourne.
Este estudio, como todos, tuvo ciertas limitaciones. La autora señala en primer lugar que no saben por qué las personas con testosterona alta muestran un incremento en explotación y prerrogativa cuando se los dota con poder. Basada en sus investigaciones anteriores, sospecha que podría ser porque los sentimientos de explotación y prerrogativa los ayudan a conserver una brecha de poder entre ellos y los demás. Es decir, los ayuda a proteger su poder.
Como puede ser difícil lidiar con líderes que son narcisistas, Mead presentó algunas sugerencias:
1) Enfocá al líder en la competición con otros grupos. De este modo no estará tan concentrado en competir con vos, sino que se enfocará en alinear a la tropa para vencer a la competencia.
2) A menudo los narcisistas no toman la perspectiva de los demás, pero podés llevar al líder narcisista a considerar “qué pensaría la otra persona.” Realmente les importa ser adorados, por lo que esto podría ayudarles a ver dónde pueden ser dañinas sus acciones a largo plazo.
3) La unión hace la fuerza. Puede que vos solo no logres encausar al líder narcisista, pero con el suficiente apoyo de otros que estén en una situación similar podés ganar ventaja. El poder es social; si los líderes no tienen seguidores, no tienen poder.
Referencia del estudio:
Nicole L. Mead, Roy F. Baumeister, Anika Stuppy, and Kathleen D. Vohs. “Power Increases the Socially Toxic Component of Narcissism Among Individuals With High Baseline Testosterone.”
Fuente: Psypost