En las familias con creencias religiosas, que un niño que exprese fe y fuertes principios morales es, por lo general, un desarrollo bienvenido. Pero a veces, la fe de un niño puede convertirse en una obsesión y, en lugar de consuelo, el niño experimenta ansiedad extrema al pensar que él está violando las normas religiosas y siente desesperación por corregir lo que cree que son sus errores. Esto es lo que sucede cuando los niños desarrollan un trastorno obsesivo-compulsivo o TOC y se manifiesta en su religión.
No todas las personas con TOC desarrollarán obsesiones o compulsiones religiosas, pero es un tema bastante común. Otros temas comunes incluyen obsesión por la limpieza, la simetría y los “malos pensamientos”, incluidas las obsesiones sexuales.
A veces puede parecer que la fe de una persona está causando sus síntomas, pero la religión es más como un transeúnte desafortunado a lo largo del viaje. Si piensa en una persona con TOC que se preocupa por los gérmenes y se lava las manos compulsivamente, está claro que los gérmenes no están causando su comportamiento, es el TOC el responsable de ello. El TOC religioso funciona de la misma manera.
“Puede pasar en cualquier religión, pero no se trata de la religión, se trata del trastorno obsesivo-compulsivo, explica Jerry Bubrick, PhD,psicólogo clínico en el Child Mind Institute. “No tratamos a personas con TOC religioso como si fueran fanáticos religiosos, tratamos la afección”.
¿Qué es el trastorno obsesivo-compulsivo religioso?
El TOC religioso (obsesión religiosa) a veces también se denomina “escrupulosidad”. Ya no usamos la palabra escrúpulo, pero significa un temor moral o una punzada de conciencia. La palabra de la que proviene en latín significa literalmente una roca afilada o gravilla, y Cicerón la usó figurativamente para describir una sensación incómoda o ansiosa, como lo que sentiría una persona si tuviera una piedrecita en su zapato.
En el caso del TOC religioso, o escrupulosidad, en lugar de una piedrecita en el zapato, una persona tiene problemas religiosos, pero son igual de persistentes e inquietantes.
Por ejemplo, alguien con escrupulosidad podría preocuparse de que no haber hecho una oración correctamente, tal vez algunas de las palabras estaban fuera de orden, o no lo dijo con la debida reverencia. Puede temer algunas consecuencias religiosas de esto, por lo que vuelve a repetir la oración, y posiblemente una tercera y cuarta vez, como una corrección. Podría preocuparse de no hacer suficientes buenas obras o de solo hacer buenas obras por razones egoístas. Podría preocuparse por tener pensamientos blasfemos y ofender a Dios.
¿Hice eso para Dios o para el diablo?
El Dr. Bubrick describe haber tratado a un niño de 12 años llamado Matt que tenía TOC religioso. La familia de Matt era religiosa, pero no demasiado religiosa. La escrupulosidad de Matt era debilitante.
“Le preocupaba literalmente todo lo que hacía: ‘¿Hice eso porque Dios quería que lo hiciera o lo hice por el diablo?’. Abrir puertas, sentarse, ponerse de pie o hacer su tarea. Cada acción individual le preocupaba si era por la razón correcta o por la incorrecta”.
Agonizar por todo lo que hacía era agotador, por lo que Matt comenzó a evitar hacer las cosas porque, razonó, era más seguro. Una de las cosas que dejó de hacer fue comer y perdió tanto peso que tuvo que ser hospitalizado.
Matt también tenía compulsiones o cosas que hacía para tratar de aliviar su ansiedad. Tenía una oración particular que decía, llevaba una biblia con él durante el día, y por la noche, se acostaba con una biblia debajo de su almohada y una a cada lado de su cabeza. Les pedía a sus abuelos repetidamente que lo tranquilizaran cuando se sentía preocupado.
Buscar ayuda para la escrupulosidad
El tratamiento para el TOC siempre comienza con ayudar a los jóvenes y a sus familias a entender cómo sus síntomas son causados por el TOC. Las obsesiones y compulsiones que experimentan las personas son poderosas. En el caso de Matt, lo suficientemente poderosas como para llevarlo al hospital, pero entender cómo funciona el trastorno comienza a devolverle a la gente parte de ese poder.
Las personas con TOC realizan compulsiones para defenderse o neutralizar la ansiedad que sienten, que es causada por cosas como pensamientos, imágenes o impulsos no deseados. Estas son conocidas como obsesiones. Pero las personas con TOC no siempre se dan cuenta de que un trastorno de salud mental está detrás de estos pensamientos y comportamientos. En el caso de la escrupulosidad, podrían confundir la oración compulsiva como una respuesta apropiada a un pensamiento blasfemo. No se dan cuenta de que su TOC está detrás del pensamiento.
Ayudar a las personas a entender lo que viene del TOC y lo que viene de la religión es esencial. “Si quieres orar porque te trae paz y te sientes conectado, eso es maravilloso. Pero si estás orando porque temes que si no lo haces, entonces serás castigado, entonces tal vez eso sea más TOC”, explica el Dr. Bubrick.
Exposición y prevención de respuesta
El tratamiento para el TOC es algo llamado exposición y prevención de respuesta(EPR). Este tratamiento funciona al exponer a las personas a las cosas que les causan ansiedad gradualmente y en un entorno seguro.
El niño que hace la exposición aprende a tolerar la ansiedad que siente y, con el tiempo, descubre que su ansiedad realmente ha disminuido. Entonces, él está preparado para asumir exposiciones más desafiantes.
Para asegurarse de que las exposiciones no sean demasiado difíciles, el niño trabajará con su terrapeuta al inicio del tratamiento para clasificar las cosas que le causan ansiedad, desde un estrés menor hasta una gran preocupación. Luego abordarán juntos los síntomas, uno por uno.
En el caso de Matt, muchas de sus exposiciones involucraron su ansiedad sobre el diablo. “Hacíamos cosas como escuchar música que tenía la palabra ‘diablo’ porque desde que escuchaba la palabra diablo en una canción, la apagaba”, dice el Dr. Bubrick. También escucharon música con la palabra “infierno”, comieron pastelitos “devil dogs” (perros del diablo) e hicieron una camiseta para que Matt la usara con el número 666. Estos fueron grandes avances para un niño que había sido efectivamente inmovilizado por su ansiedad, pero los pasos fueron tomados gradualmente y con gran cuidado. “Estábamos rompiendo la asociación entre Dios y el miedo”, explica el Dr. Bubrick.
Reconsiderar la tranquilidad no consuelo
Otra parte muy importante del tratamiento es enseñar a otras personas en la vida del niño a cómo responder a su TOC. Una gran parte del trastorno es pedirle a otras personas que lo tranquilicen (les den consuelo). Esto se puede manifestar de diferentes formas, que incluyen:
- Hacer preguntas, como “¿Acabo de cometer un pecado?” y sentir la necesidad de una respuesta definitiva
- Querer que las personas participen en rituales, como la oración compulsiva
- Exigir que otros eviten aquello que les provoca ansiedad, como no decir ciertas palabras o realizar ciertas actividades en su presencia
Recibir consuelo hace que el niño se sienta mejor en el momento, así que las familias lo proporcionan porque piensan que están ayudando. Pero la búsqueda de tranquilidad es solo otra compulsión, y cuando las personas proveen esa tranquilidad, están participando en la compulsión e, inadvertidamente, alimentando el TOC.
Eso se debe a que recibir consuelo una vez nunca es suficiente para una persona con TOC. Las solicitudes vendrán una y otra vez en un ciclo interminable que no aborda la raíz de la ansiedad de una persona, y realmente hace que la ansiedad sea más fuerte. También hace que las personas con TOC se sientan dependientes de quienes los rodean para sentirse (temporalmente) mejor. Los psicólogos llaman a este proceso de consuelo “adaptación”.
Como parte del tratamiento, los terapeutas explican a los miembros de la familia cómo reconocer los síntomas del TOC y cómo evitar la adaptación, y en vez de eso alentar a los niños a usar las habilidades que están aprendiendo en terapia para lidiar con sus sentimientos ansiosos de una manera más saludable y productiva.
Incluir a los líderes religiosos
En el caso de la escrupulosidad, a menudo tiene sentido que los líderes religiosos también conozcan el TOC. Esto se debe a que a menudo se les pide consuelo y, naturalmente, creen que es su función proporcionar orientación y responder preguntas.
El Dr. Bubrick da un ejemplo de haber tratado a un niño que estaba preocupado por ofender a Dios, por lo que buscaba mucho confort por parte de su pastor.
“Hablé con su pastor y le expliqué la diferencia entre el TOC y la escrupulosidad versus ser religioso. El pastor lo entendió muy fácilmente porque le había pedido consuelo miles de veces. Entonces lo enseñé a darle el mismo tipo de apoyo que le enseñaría a la familia”.
Eso incluye negarles a los niños las respuestas definitivas a las preguntas religiosas que a menudo buscan. Como dice el Dr. Bubrick, “No puedes responder todas las preguntas. En algún momento solo debes tener fe”.
Artículo publicado en la página del Child Mind Institute y adaptado para su publicación en Psyciencia.