El estrés es una parte ineludible de nuestras vidas. Es un mecanismo adaptativo, tendiente a preparar a nuestros organismos para responder frente a las demandas del medio.
Sin embargo, en forma crónica, afecta a la mente, al organismo e incluso nuestras relaciones sociales drásticamente. Aquí dejo un artículo publicado previamente, donde podrán releer los efectos que produce el estrés en nosotros.
Identifique esos momentos del día en que está más irritable
En esta ocasión, presento unos breves consejos, escritos por Holly Brown, terapeuta matrimonial y familiar de San Francisco, acerca de cómo afrontar en determinadas circunstancias el estrés.
Las personas tienen todo tipo de reacción al estrés, y uno de los más reconocidos es la irritabilidad. Así que una vez que te das cuenta, ¿qué puedes hacer al respecto?
1) Familiarícese con sus propios patrones y disparadores. Usted puede ser más irritable en ciertas horas del día. Tal vez es cuando su nivel de azúcar en la sangre es bajo. O tal vez es cuando está llegando tarde y siempre llega tarde. Puede que se sienta como si saliera de la nada, pero una vez que reflexiona, el disparador es en realidad algo predecible.
2) Una vez que conozca sus patrones, tome la responsabilidad. Eso significa que ya no puede culpar a todo el mundo a su alrededor, aunque eso podría haberse sentido mejor, momentáneamente. En el panorama general, sin embargo, es mejor saber lo que es usted y que pueda ganar más control sobre eso que parece incontrolable. Siempre he dicho: Si eres parte del problema, tienes el poder de empezar a arreglarlo.
3) ¿Quién más es parte del problema, además de usted? Tal vez sus seres queridos están involuntariamente poniendo más estrés en usted. O tal vez lo están haciendo con acierto, y sólo esperando que no proteste. Si no son conscientes, ahora es el momento de señalarlo para que pueda llegar a un plan para reducir su estrés.
Si uno es parte del problema, significa que tiene el poder para comenzar a solucionarlo
Si sus seres queridos son conscientes, ahora es el momento de considerar el valor de la asertividad. Eso significa expresar directamente por qué algo le molesta y pedir claramente lo que le ayudaría. Es hora de hacerse oír, no de una manera enojada o resentida, sino buscando una conversación reflexiva y respetuosa.
4) Considere la ayuda externa. Si no es capaz de hacer frente a su propio estrés con la ayuda y el apoyo de sus seres queridos, podría ser el momento de buscar asesoramiento individual, de pareja o familiar. A veces su irritabilidad es signo de un problema más profundo en su vida, y quizás deba abordarlo con apoyo profesional. No es debilidad pedir ayuda. Se requiere sabiduría para saber cuándo la necesitas, y fuerza para pedirla.
Para finalizar, me gustaría hacer hincapié en este último consejo. En caso de sentir que uno no puede hacerle frente a las demandas de su vida cotidiana, siempre es aconsejable consultar con un profesional especializado.
Fuente: : PsychCentral