Independientemente de la inteligencia y los rasgos de la personalidad, las personas que pasan más tiempo hablando tienden a emerger como líderes de grupos inicialmente sin líderes (MacLaren et al., 2020).
¿Por qué es importante?
Los humanos somos seres intensamente sociales y gran parte de las decisiones económica y políticamente importantes son tomadas en grupos. Sin embargo, resulta sencillo advertir y demostrar diversas ineficiencias asociadas al trabajo grupal. Comprender este conflicto puede ayudar a guiar la manera en que se desarrollan las reuniones de grupo, su organización jerárquica (u horizontal), las evaluaciones y capacitaciones de las personas individualmente y en conjunto.
Los primeros intentos de evaluar la calidad del liderazgo tenían una fuerte relación con la cantidad de tiempo que cada miembro del grupo habló durante un debate. Es decir que la evidencia muestra que los integrantes del grupo parecían atribuir el liderazgo a las personas que simplemente hablaban mucho. MacLaren y sus colegas consideraron, entonces, que comprender la relación entre el tiempo de uso de la palabra y las atribuciones de liderazgo puede ayudar a entender la dinámica de grupo de forma más general.
Método
Para su estudio, 33 grupos de 4 a 10 estudiantes universitarios fueron grabados mientras trabajaban juntos durante una simulación por computadora de temática militar o empresarial. La simulación de temática militar era un juego llamado BCT Commander, mientras que la simulación de temática empresarial era un juego llamado CleanStart. Los 256 participantes incluidos en el estudio eran cognitiva y demográficamente diversos e incluían estudiantes de pregrado y posgrado.
A los participantes se les dio 10 minutos para planear cómo completarían su tarea y 60 minutos para intentar su tarea como grupo. Un participante de cada grupo fue asignado al azar como el “operador”, que era responsable de manipular la interfaz de usuario del juego.
Una vez después de la fase de planificación de la simulación y una vez después de la fase de juego, se pidió a los participantes que nominaran de una a cinco personas que creían que habían surgido como líderes.
Resultados
El equipo encontró que:
- Los estudiantes que pasaban más tiempo hablando tenían más probabilidades de ser nominados como líderes. Esto fue cierto incluso después de tener en cuenta el estatus del operador, el conocimiento previo del juego y las variables psicológicas como los rasgos de personalidad y la capacidad cognitiva.
Si te encuentras en una posición de liderazgo, la evidencia sugiere que debes desempeñar un papel activo en la conversación, señalan los autores. Llevar este hallazgo a los extremos no es útil porque las cantidades distorsionadas de tiempo de conversación se asocian con resultados de desempeño grupal más deficientes (ver el trabajo del grupo de Anita Woolley sobre lo que ellos llaman inteligencia colectiva), pero la evidencia parece consistente en que las personas que hablan más son más propensas ser vistos como líderes.
- Cada grupo del estudio tenía participantes hombres y mujeres. Los investigadores encontraron que el género tenía un impacto sustancial en el surgimiento del liderazgo, lo que marca la existencia de un sesgo de género en las atribuciones de liderazgo. Según los datos de esta investigación, los hombres reciben en promedio un voto extra solo por ser hombres. El efecto es más extremo para la persona con más votos. Este sesgo no estuvo asociado con ningún indicador observable de la calidad de la participación, sólo con el género. Y este mismo sesgo a menudo interfiere en evaluaciones de desempeño en el trabajo, por lo que son necesarias las evaluaciones regulares y existe la necesidad de encontrar mejores formas y más objetivas para determinar la calidad y el potencial del desempeño.
Finalmente, los investigadores señalan que si bien el tiempo que pasa una persona hablando es estadísticamente “poderoso” porque parece relacionarse con muchas variables de comportamiento importantes, aún no se sabe si lo que es realmente importante es lo que se dice en sí, o sí es importante porque está correlacionado con otros comportamientos importantes. También se debe estudiar el papel de las interrupciones y otros comportamientos potenciales (como la postura o el lenguaje corporal) o características del habla (como el cambio en el tono de voz de un individuo) que pueden tener relevancia.
Referencia bibliográfica: MacLaren, N. G., Yammarino, F. J., Dionne, S. D., Sayama, H., Mumford, M. D., Connelly, S., Martin, R. W., Mulhearn, T. J., Michelle Todd, E., Kulkarni, A., Cao, Y., & Ruark, G. A. (2020). Testing the babble hypothesis: Speaking time predicts leader emergence in small groups. En The Leadership Quarterly (Vol. 31, Número 5, p. 101409). https://doi.org/10.1016/j.leaqua.2020.101409
Fuente: Psypost