El uso ilícito de opioides, incluido el uso no médico de opioides recetados, opioides sintéticos y heroína, es una de las principales causas de muerte por sobredosis. Estudios ecológicos han sugerido que la legalización del cannabis podría haber conducido a una disminución de las muertes por sobredosis de opioides, pero no informan si las personas están sustituyendo opioides por cannabis en diferentes momentos.
¿Por qué es importante?
Los opioides son usados habitualmente para el tratamiento del dolor, e incluyen fármacos como la morfina, el fentanilo y el tramadol. Tales sustancias comprenden tanto a los compuestos que se extraen de la adormidera como a compuestos sintéticos y semisintéticos con propiedades análogas que pueden interferir con los receptores de opioides del cerebro. Comprender cómo el cannabis puede cambiar el uso de opioides no médicos es fundamental para informar los debates sobre las intervenciones basadas en el cannabis para abordar la crisis de los opioides. Los hallazgos de un estudio reciente señalan que las personas no están sustituyendo opioides por cannabis, y mostró que el uso de opioides era al menos tan frecuente en los días en que se consumía cannabis como en los días en que no se consumía, y que esto era independiente de si los participantes experimentaban dolor o no (Gorfinkel et al., 2020).
Metodología
Los investigadores condujeron un estudio de cohorte prospectivo, centrado en el área metropolitana de Nueva York y en un programa suburbano de adicción para pacientes hospitalizados. Los participantes fueron adultos con problemas de consumo de sustancias que usaban opioides no médicos, reclutados entre mayo de 2016 y junio de 2019. La muestra analítica incluyó 13.271 días de observación entre 211 participantes (64% hombres, 41% blancos, 78% solteros, 80% desempleados, edad media 43 años). Para el estudio, completaron entrevistas y encuestas computarizadas autoadministradas, y luego respondieron a un sistema de respuesta de voz interactiva (RVI) diariamente durante los siguientes 90 días. Diariamente el sistema les preguntaba si habían consumido cannabis el día anterior, y si ratificaban haber experimentado dolor moderado a intenso. El resultado principal, el uso de opiáceos ilícitos o no médicos durante el seguimiento de 90 días, se definió mediante una respuesta afirmativa a la pregunta del RVI: “¿Usó heroína ayer?” O “¿Usó ayer opiáceos recetados más de lo indicado o sin receta?”
Hallazgos
La tasa media de finalización de RVI fue del 70%. La razón de posibilidades no ajustada que indica el consumo de cannabis y opioides en el mismo día fue de 2,00 . Controlando las características demográficas, el método de reclutamiento, los tipos de opioides al inicio del estudio y el dolor, la razón de posibilidades no ajustada fue 1,86 (IC del 95% = 1,44–2,41). Una prueba de interacción entre el dolor y el consumo de cannabis para determinar si la asociación del cannabis con el consumo de opiáceos difiere entre las personas con dolor moderado a intenso y dolor menor a moderado no fue concluyente. A partir de estos resultados, los autores concluyen que las probabilidades de consumo problemático de opiáceos no médicos (es decir sin prescripción o en cantidades diferentes a las recetadas) entre los adultos estadounidenses parecen duplicarse en los días en que consumen cannabis. Esta relación no parece diferir entre personas con dolor moderado o más severo versus dolor menor que moderado, lo que sugiere que el cannabis no se usa como sustituto de los opioides ilegales. Por lo tanto, señalan que el cannabis no es una forma eficaz de limitar el uso de opioides no médicos.
Referencia bibliográfica: Gorfinkel, L. R., Stohl, M., Greenstein, E., Aharonovich, E., Olfson, M., & Hasin, D. (2020). Is Cannabis being used as a substitute for non‐medical opioids by adults with problem substance use in the United States? A within‐person analysis. En Addiction. https://doi.org/10.1111/add.15228
Fuente: Science Daily