Los efectos negativos de la ingesta de gaseosas y bebidas azucaradas son notorios: obesidad, caries, enfermedades cardiovasculares y un riesgo elevado de diabetes. Ahora, las investigaciones sugieren que las desventajas del caso podrían ir mucho más allá y que beber en exceso este tipo de productos podría influir incluso en el surgimiento de enfermedades neurodegenerativas como el Alzheimer.
Una publicación reciente hecha en el diario médico “Stroke” concluye que las bebidas azucaradas artificialmente se asocian con un riesgo elevado de derrame cerebral o apoplejía, así como un riesgo alto de demencia, incluyendo el desarrollo de Alzheimer.
El estudio fue realizado por investigadores de la Escuela de Medicina de la Universidad de Boston, quienes recolectaron datos de más de 5,000 voluntarios participantes entre 1948 y 1971, y posteriormente de los nietos de estos a partir de 2002. Los investigadores llevaron un registro preciso de la ingesta de bebidas azucaradas artificialmente por parte de los participantes y encontró una relación entre ellas, la ocurrencia de derrames y la demencia.
Por otro lado, un estudio publicado en “Alzheimer’s & Dementia” indica que el alto consumo de bebidas azucaradas se asocia con marcadores (factores influyentes) de Alzheimer pre-clínico. La investigación encontró que el consumo de este tipo de bebidas se relaciona con un patrón consistente que incluye un volumen cerebral menor al normal y una memoria episódica pobre.
Para los autores del estudio, estos resultados fueron sorprendentes porque se encontraron en una muestra de voluntarios de mediana edad y resistieron el ajuste estadístico de factores, tales como la actividad física y la ingesta calórica total.
Por supuesto, el estudio presenta sus limitaciones, incluyendo la ausencia de una relación causal establecida, lo homogéneo de la muestra (que no incluyó minorías) y un cuestionario basado en consumo de información poco fiable.
Para el director del departamento de Ciencias Iniciativas de la Asociación del Alzheimer, Dean M. Hartley, es importante tomar en cuenta que la correlación entre una cosa y otra no significa necesariamente que existe una relación causa-efecto, una opinión que respalda el vicepresidente de la Asociación Americana de Bebidas, William Dermody Jr.
“La Asociación del Alzheimer dice que los mayores riesgos son la edad avanzada, historial familiar de Alzheimer y la genética, no la ingesta de azúcar de ninguna fuente”, destaca Dermody.
“Los investigadores de estos estudios saben que sus conclusiones no prueban ni pueden probar una relación de causa y efecto”, concluye.
Para Hartley, las mejores medidas de prevención serán siempre la ingesta de agua pura, el ejercicio regular, una dieta balanceada y una buena relación con nuestro médico de cabecera. Después de todo, a veces las medidas más sencillas son también las más efectivas.
Fuente: Bloomberg