Ya sea por medio de computadoras personales, tablets o smartphones, y en muchos casos con todas las opciones a la vez, Internet hace ya tiempo que está al alcance de los niños. Pues bien, el navegar en la red puede ofrecer muchas utilidades, como el buscar información, conectarse con gente que uno conoce pero no está geográficamente cerca, o también conocer a nuevas personas. Al mismo tiempo, su uso por parte de los niños puede suponer peligros, como el materializar un encuentro con algún sujeto peligroso, ser víctimas de ciberbullyng, o incluso aprender conceptos erróneos sobre temas que investiguen.
A partir de una iniciativa de Unicef, la London School of Economics and Political Science y la UE; se desarrolló el Global Kids Online, un estudio piloto que busca conocer los hábitos de los menores en la red. Si bien los investigadores reconocen que los datos no son representativos de las sociedades estudiadas, los mismos son una primera aproximación para conocer tanto las oportunidades como los peligros a los cuales se ven expuestos los pequeños y adolescentes.
En el proyecto participan 33 países. De los primeros datos recogidos se ha elaborado un estudio piloto, con niños de entre 9 y 17 años de Serbia, Sudáfrica y Filipinas, y de entre 13 y 17 de Argentina.
Algunas de las conclusiones
Dentro de los datos que se pueden extraer del informe, se observa que la gran mayoría de los niños de los países mencionados (90% en Argentina, 62% en Serbia y Sudáfrica), acceden a Internet desde sus casas y, en general, en sus habitaciones.
Los niños prefieren utilizar dispositivos que les aseguren tener privacidad.
Para conectarse, prefieren aquellos dispositivos en los cuales posean mayor privacidad, por lo que el Smartphone suele ser el favorito. Según se desprende del estudio, estos dispositivos les ofrecen grandes ventajas en cuanto a flexibilidad, privacidad y beneficios personalizados, lo que a su vez supone un problema para que los padres puedan vigilar los hábitos de sus hijos en la red.
Dentro de los beneficios de contar con Internet, los niños dijeron que uno de ellos es la posibilidad de aprender cosas nuevas. Refirieron que suelen usar la red para buscar información, ya sea sobre salud, temas relacionados a sus estudios, o aspiraciones personales. En este punto, hay que tener en cuenta lo que señala Sonia Livingstone, la investigadora principal: “El problema de esto es que no sabemos si lo que encuentran es fiable o útil para ellos. ¡Hay mucho trabajo que hacer en este campo!”
Respecto de las cosas negativas que les suceden por la red, las primeras personas a las que acuden en estos casos son amigos, y sólo secundariamente a sus padres. No obstante, si al problema lo consideraran de verdadera gravedad, en ese caso sí son los padres los primeros en enterarse.
En referencia a sus profesores, muy pocos niños manifiestan tenerles confianza como para contarles sobre sus actividades en la red. Tampoco suelen recibir consejos suyos acerca de prácticas seguras en Internet, por lo que todo lo que saben proviene solamente de sus padres. Este es un dato para tener en cuenta, ya que por un lado los padres no siempre están con sus hijos, y por otro, en caso de que éstos no eduquen a los mismos con respecto a qué precauciones tomar con la web, los niños navegarían sin ningún tipo de guía.
Un porcentaje amplio de niños reconoció haber hablado al menos una vez con desconocidos.
El estudio también aborda la posibilidad de tener contacto con desconocidos. En este punto, los datos podrían ser preocupantes. En Filipinas, sólo el 19% de los niños reconoció haber tenido contacto con desconocidos al menos una vez. En contraposición, el 41% de Serbia y Sudáfrica respondieron afirmativamente ante esta pregunta. En el caso de Argentina, el 38% reconoció haberse encontrado en persona con alguien que conocieron por Internet, aunque afirmaron haber tenido precauciones al hacerlo.
En Argentina, cerca de un 70% de los padres desconoce las actividades de sus hijos en Internet.
Con respecto a Argentina en particular, el 70% de los niños encuestados reconoce que sus padres no saben nada o casi nada de sus actividades en la red. Sin embargo, reconocen que ante cualquier problema grave, a los primeros que recurrirían, sería a ellos.
Por último, uno de cada tres niños recibió mensajes desagradables en los últimos 12 meses, lo cual es un porcentaje amplio. Ante esto, el 65% dijo que bloqueó al usuario que lo molestaba, el 58% eliminó el mensaje, el 54% lo ignoró y solo el 10% dijo haberse vengado.
El estudio original, Global Kids Online, puede visualizarse aquí.
Fuente: El País