Algunas veces sucede que necesitamos seguir leyendo un texto pero simplemente no podemos. Un nuevo estudio publicado en Proceedings of the National Academy of Science arroja luz sobre porqué nos pasa esto, es decir cómo determinamos cuándo seguir con una tarea y cuándo tomar un recreo. La decisión aparentemente gira en torno a una señal específica que, en su pico, te indica que abandones la tarea que estás realizando . Y cuando tu cuerpo y cerebro están frescos y listos para trabajar otra vez, la señal se apaga y sale de tu camino.
Sin embargo, los picos que desencadenan estas decisiones no son predeterminados: son influenciados según el esfuerzo que estés haciendo y la recompensa que esperas de ese trabajo. Cuanto más grande la recompensa y menor el esfuerzo requerido, más probable será que sigas trabajando hasta que termines lo que tenías que hacer. Mientras trabajas, aparentemente, tu cerebro continuamente calibra tus puntos de corte en relación a tus expectativas de ganancia.
Para entender esta señalización, los investigadores, liderados por Mathias Pessiglione de el Laboratorio de Motivación, Cerebro y Conducta del INSERM en París, estudió a 39 personas utilizando técnicas de imágenes cerebrales (IRMf y Magnetoencefalografías). Fueron examinados mientras apretaban una palanca con su máximo esfuerzo para ganar recompensas monetarias diversas. La palanca era calibrada según la fuerza de cada persona y la intensidad del esfuerzo era manifestada en la pantalla de una computadora con un termómetro (los participantes debían mantener el nivel fluído en el termómetro sobre cierto punto para ganar el dinero).
Tu cerebro continuamente calibra tus puntos de corte en relación a tus expectativas de ganancia.
Mientras que los voluntarios eran advertidos de que la cantidad de esfuerzo requerido podría variar durante la prueba, éstos no sabían cuándo se produciría el cambio. Se les mostraba en la pantalla cuánto dinero estaba en juego en cada prueba de 30 segundos (20, 30 o 50 centavos de Euros) y se les instruía a ganar tanto como fuera posible..
Durante el desafío, ambos tipos de scans cerebrales mostraron actividad en una región involucrada en la percepción de dolor, conocida como la ínsula posterior. La señal allí se hacía más intensa cuando se requería mayor esfuerzo (pero menos intensa cuando la misma cantidad de esfuerzo estaba conectada a una potencial recompensa más grande. Las recompensas más grandes también llevaron hacia que la señal se apagara durante los período de descanso de la prueba, esto quiere decir que las personas gastarían más esfuerzo y requerirían menos descansos cuando hubiera mayor recompensa.
Los autores escriben, “ proceso puede implementar el fenómeno psicológico intuitivo de que, con motivación, literalmente dejamos de lado nuestros límites,” permitiéndonos trabajar más duro y por más tiempo. El estudio no les preguntó a los participantes sí sentían menos dolor o fatiga cuando esperaban recompensas más grandes, aunque otra investigación sugiere que este cambio en la percepción puede dirigir la forma en que la señal afecta a nuestro comportamiento. Por ejemplo, la investigación sobre percepción de dolor muestra que tanto los placebos como la medicación pueden aliviar el dolor al cambiar la señalización en esta región (y otro estudio sugiere que factores situacionales, como la música, el estrés o la presencia de una posible y atractiva pareja, también afectan la cantidad de dolor que vemos como tolerable.
“El cerebro puede de hecho ajustar la sensibilidad de estas regiones dependiendo de las expectativas,” concluyen los autores.
Fuente: Healthland
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